Pero si la historia medieval de Cabrera tiene avales de documentación es lógico que también la vida se traduciría en construcciones románicas aunque fueran sin grandes pretensiones. Que ello fue así lo declara la lápida que se conserva en la iglesia de San Cosme y San Damián de Pozos, allí en soporte de pizarra, se conserva una desvanecida inscripción consagratoria que felizmente transcribió cuando era más legible en 1761 el párroco del lugar Martín Blanco. En ella se dice que el año 1235 el obispo de Astorga Don Nuño consagró aquella iglesia en honor de los Santos Cosme y Damián de Santa María de San Francisco. Quizás sea por ello una de las primerísimas dedicaciones al santo de Asís.
Supone esta inscripción un templo de arquitectura románica tardía, que ya se sabe que el mundo rural adopta con lentitud los cambios. Como la de Pozos es indudable que todas las iglesias de Cabrera nacieron o renacieron medievales pero todas ellas en los siglos XVI a XVIII volvieron a levantar sus muros que el paso de los siglos habría dejado maltrecho.
Supone esta inscripción un templo de arquitectura románica tardía, que ya se sabe que el mundo rural adopta con lentitud los cambios. Como la de Pozos es indudable que todas las iglesias de Cabrera nacieron o renacieron medievales pero todas ellas en los siglos XVI a XVIII volvieron a levantar sus muros que el paso de los siglos habría dejado maltrecho.