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Un pajar con vida.
La otra tarde me encontré, despues me dijo:-este yugo,
A mi padre pensativo, que hice cuando ya era mozo,
Recostado en el pajar, pensaba cuando lo hacía,
Que nos tocó de mi tío. que hoy serí para vosotros.
Al ver él que me acercaba, colgadas en ese clavo,
Cogió un pañuelo de rayas, estan sobeo y melenas,
Que tenía en la cintura, y a mi me da mucha pena,
Con él se limpio la cara. que no las queráis ninguno.
Le pregunté que qué hacía, aquí está el carro parado,
Y, casi malhumorado, que, como yo ya soy viejo,
Me dijo que descansar, de no sacrale y rodarlo,
Se encontraba fatigado´. se van oxidando los hierros.
Mas yo en su rostro noté, ,
Y le dije con amor y respeto que tenía un problema grave, ,
-dígame que le pasa, padre-.
-pues que he venido al pajar, encima del carro estaban,
En busca de este azadón, los aparejos del macho,
Y al ver tanta herramienta, las costanas del estiercol,
Se me encoge el corazón-. unas cestas y unos sacos,
Y apoyándose en la azada, lavanté la vista al techo,
Que tenía entre las manos, y al par de la viga larga,
Abrió la aldaba del pajar, ví el cañizo de traer paja,
Y, despues, abrió la puerta. y las redes enrolladas..
Y, como quien ve en el cine, despues me dijo:-este arado,
Escenas que van pasando, hecho de tosca madera,
Con parsimonia y tranquilo, me sirvió en mi juevntud
Me fue las cosas mostrando. para remover la tierra.
-mira ese trillo con piedras, aquí abanonado está,
Que nos tocó del abuelo, con su timón hacía el cielo,
Que ya nadie utiliza, con el dental de madera,
Porque os fuísteis del pueblo. de palo las orejeras..
Era un trillo de peso, como ves en el pajar ,
Que con afiladas piedras, sólo tenemos recuerdos,
Truturában el centeno, y utensilios de una vida,
Y que arrastraban las yeguas.- que fueron mis compañeros.
rafael de frutos (montejo) 2005.
La otra tarde me encontré, despues me dijo:-este yugo,
A mi padre pensativo, que hice cuando ya era mozo,
Recostado en el pajar, pensaba cuando lo hacía,
Que nos tocó de mi tío. que hoy serí para vosotros.
Al ver él que me acercaba, colgadas en ese clavo,
Cogió un pañuelo de rayas, estan sobeo y melenas,
Que tenía en la cintura, y a mi me da mucha pena,
Con él se limpio la cara. que no las queráis ninguno.
Le pregunté que qué hacía, aquí está el carro parado,
Y, casi malhumorado, que, como yo ya soy viejo,
Me dijo que descansar, de no sacrale y rodarlo,
Se encontraba fatigado´. se van oxidando los hierros.
Mas yo en su rostro noté, ,
Y le dije con amor y respeto que tenía un problema grave, ,
-dígame que le pasa, padre-.
-pues que he venido al pajar, encima del carro estaban,
En busca de este azadón, los aparejos del macho,
Y al ver tanta herramienta, las costanas del estiercol,
Se me encoge el corazón-. unas cestas y unos sacos,
Y apoyándose en la azada, lavanté la vista al techo,
Que tenía entre las manos, y al par de la viga larga,
Abrió la aldaba del pajar, ví el cañizo de traer paja,
Y, despues, abrió la puerta. y las redes enrolladas..
Y, como quien ve en el cine, despues me dijo:-este arado,
Escenas que van pasando, hecho de tosca madera,
Con parsimonia y tranquilo, me sirvió en mi juevntud
Me fue las cosas mostrando. para remover la tierra.
-mira ese trillo con piedras, aquí abanonado está,
Que nos tocó del abuelo, con su timón hacía el cielo,
Que ya nadie utiliza, con el dental de madera,
Porque os fuísteis del pueblo. de palo las orejeras..
Era un trillo de peso, como ves en el pajar ,
Que con afiladas piedras, sólo tenemos recuerdos,
Truturában el centeno, y utensilios de una vida,
Y que arrastraban las yeguas.- que fueron mis compañeros.
rafael de frutos (montejo) 2005.