En los barrios más viejos perduran los pajares, reliquias arquitectónicas vinculadas en su técnica constructiva con la época prerromana: son edificaciones de piedra, alargadas, cubiertas de un techado de paja de centeno, sólo comunicadas al exterior por una puerta, similares a las que habitaban los astures.
Fragua de Ambasaguas. Dibujo de Pilar Ortega.
Por desgracia, las arcaicas y bellas construcciones van desapareciendo poco a poco, derruidas por el abandono o suplantadas por otras de materiales modernos: uralitas, aluminios y bloques de fibrocemento.
Las mismas autoridades parecen empeñadas en destruir la belleza, subvencionando arreglos de caminos que sepultan arroyos y cascadas, destrozando puentes de piedra o construyendo escuelas con bloques de hormigón, dando un ejemplo más cercano a la barbarie que a un urbanismo ligado al territorio y a su historia.
Fragua de Ambasaguas. Dibujo de Pilar Ortega.
Por desgracia, las arcaicas y bellas construcciones van desapareciendo poco a poco, derruidas por el abandono o suplantadas por otras de materiales modernos: uralitas, aluminios y bloques de fibrocemento.
Las mismas autoridades parecen empeñadas en destruir la belleza, subvencionando arreglos de caminos que sepultan arroyos y cascadas, destrozando puentes de piedra o construyendo escuelas con bloques de hormigón, dando un ejemplo más cercano a la barbarie que a un urbanismo ligado al territorio y a su historia.