Al contemplar estas campanas percibo en la memoria del tiempo pasado una serie de sensaciones dificilmente descriptibles. Cuando al viento repicaban en las procesiones, en los bautizos, en las bodas. Y cuantas veces tambien el juego de sus badajos se dejaba frenar para hacer saber de alguna pena que a muchos sorprendia cubriendo de tierra una semilla nueva.