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La siega del pan
Comenzaba los primeros días de agosto. Antes de comenzar, se preparaban todos los utensilios u herramientas, que se iban a utilizar para la cosecha (como afilar las "fouces"). Algunas personas, contrataban personas para que le ayuden en la cosecha, pero lo normal, era que fueran los miembros de una misma familia, los que se ayudasen entre ellos.
A lo igual que en la siega, se comenzaba a trabajar al alba, y resultaba igual o más duro si cabe (se hacía en agosto) aguantar el abrasador sol.
Una vez hechas las "gavillas", se ataban los manojos y se colocaban en los "mornales". Así hasta terminar la cosecha. Los carros, sólo con las "angarillas", iban llegando a las eras y se iban dejando lo manojos y se iban colocando en los "mederos". Se dejaban siempre las espigas en la parte central para preservarlas de las inclemencias del tiempo.
Era costumbre, poner en el último manojo, poner un rama de roble, como señal de que se acabó la recolección.
Comenzaba los primeros días de agosto. Antes de comenzar, se preparaban todos los utensilios u herramientas, que se iban a utilizar para la cosecha (como afilar las "fouces"). Algunas personas, contrataban personas para que le ayuden en la cosecha, pero lo normal, era que fueran los miembros de una misma familia, los que se ayudasen entre ellos.
A lo igual que en la siega, se comenzaba a trabajar al alba, y resultaba igual o más duro si cabe (se hacía en agosto) aguantar el abrasador sol.
Una vez hechas las "gavillas", se ataban los manojos y se colocaban en los "mornales". Así hasta terminar la cosecha. Los carros, sólo con las "angarillas", iban llegando a las eras y se iban dejando lo manojos y se iban colocando en los "mederos". Se dejaban siempre las espigas en la parte central para preservarlas de las inclemencias del tiempo.
Era costumbre, poner en el último manojo, poner un rama de roble, como señal de que se acabó la recolección.