Plantas medicinales
Desde la antigüedad se han utilizado las plantas no sólo para la alimentación sino también para tratar de curar toda clase de dolencias y afecciones, sin embargo la obtención de fármacos por procesos industriales ha relegado el valor medicinal de las plantas a un plano muy lejano que poco a poco trata de recobrarse para apreciar el valor intrínseco que ofrecem los vegetales como recurso natural.
Hacer una mención completa de todas las plantas que se usan o han sido usadas como medicinales sería muy largo y con toda seguridad incompleto, ya que día a día se descubren nuevas aplicaciones de plantas ya conocidas. Se comentan a continuación y en orden alfabético algunas de las propiedades que presentan las plantas medicinales y ejemplos ilustrativos de las mismas.
Antiespasmódicas o espasmolíticas, o que calman los espasmos, como la milenrama, el cantueso, la hierbaluisa, el romero, la manzanilla romana, la alcaravea, la salvia, la madera de la hiedra, etc.
Antihelmínticas, o vermífugas, que ayudan a expulsar los parásitos intestinales, como el ajo y la cebolla, corteza de la raíz del granado, el ajenjo, la artemisa, la corteza de la raíz de la morera, la brea del enebro de la miera, etc.
Antirreumáticas o que alivian las afecciones del reúma, como las hojas de fresno, las flores hervidas de la brecina, la corteza de la bardaguera, los derivados de la resina del pino resinero, etc.
Aperitivos, que despiertan y estimulan el apetito, como la genciana, la milenrama, el rusco, los frutos del hinojo, la angélica, la alcaravea, la menta, etc.
Astringentes, que astringen o contraen los tejidos, a menudo utilizadas como antidiarréicas, como la agrimonia, los frutos del palmito, el zumaque, las flores y corteza del granado, las flores hervidas la brecina, la corteza y hojas del castaño, los frutos del almez, los zarcillos de la vid, las hojas del espino negro, la retama loca, las hojas y tallos del mirto, los frutos del endrino, los brotes tiernos de la zarzamora, los frutos del escaramjuo, los frutos en estado bien maduro del mostajo, las ramas del atarfe, la corteza del olmo, la corteza y agallas de la encina, las hojas del lentisco, las hojas y agallas de la cornicabra, la corteza del algarrobo, etc.
Balsámicas como la esencia del mirto, la trementina a partir de la resina del pino resinero, piñones del pino piñonero, etc.
Béquicas o antitusígenas, que calman la tos, como las flores de la carquesa, el exudado azucarado de las ramas de la jara del ládano, la amapola, los higos de la higuera, etc.
Cardiotónicas o que tonifican el corazón, como la pulsátila, la convalaria, las flores secas del majuelo en tisana, la dedalera, la adelfa, el nenúfar blanco, la cebolla albarrana, etc.
Carminativas, que previenen la formación de gases del intestino o provoca la expulsión de los mismos, la milenrama, la alcaravea, los frutos del hinojo, la manzanilla, la menta, el anís, la valeriana, etc.
Colagogas o que activan la secreción biliar, como la agrimonia, la achicoria, el romero, el cardo santo, el agracejo, etc.
Diuréticas o que facilitan la formación y eliminación de la orina, como los equisetos, los rizomas de la caña común, de la zarzaparrila, de la esparraguera y del rusco, el romero, el matagallo, las hojas del fresno, las flores hervidas de la brecina, el jarabe obtenido de la carquesa, los frutos de la cornicabra, las raíces y frutos del hinojo, etc.
Eméticas o vomitivas, que producen el vómito, sobre todo incluye plantas amargas o incluso algo tóxicas, como las flores y frutos de la gayomba, los frutos de hiedra, los frutos del acebo, etc.
Emoliente o que disminuyen la inflamación de los tejidos irritados, como los frutos de la palmera datilera o dátiles, el malvavisco, la borraja, los llantenes, las flores de la carquesa, etc.
Estimulantes, que activan temporalmente la actividad nerviosa o muscular, como el cantueso, el pimiento, el tabaco, el romero, el muérdago, la albahaca, etc.
Febrífugas o que combaten la fiebre, como la siempreviva amarilla, las hojas del durillo, el tilo, el marrubio, las hojas de olivo y acebuche, la borraja, la corteza de la bardaguera, etc.
Hipoglucemiantes, que rebajan el contenido de azucar en la sangre, como los arándanos, las ortigas, las hojas de olivo y acebuche, el nogal, etc.
Laxantes o que aceleran la evacuación intestinal, como las hojas de fresno, los frutos del almez, las uvas pasa de la vid, las flores en tisana del endrino, la corteza de la raíz de la morera, las flores y frutos de la gayomba, los higos de la higuera, los frutos del algarrobo o algarrobas, etc.
Narcóticas o hipnóticas, que provocan el sueño, como la amapola, el anís, la mejorana, la valeriana, etc.
Purgantes o que provocan la evacuación intestinal de forma drástica, como los frutos del durillo, pero son tóxicos, la corteza del espino negro, los frutos del acebo, la corteza del torvisco, las flores y frutos de la gayomba, etc.
Tónicas, que tonifican un órgano o todo el organismo, como las hojas de olivo y acebuche, las flores secas del majuelo en tisana, el orégano, el ajenjo, etc.
Sedantes o tranquilizantes, que tienen efectos calmantes sobre el sistema nervioso, como las flores secas del majuelo en tisana, la esencia del mirto, el ládano de la jara del ládano, etc.
Vesicante, que produce vejigas o ampollas en la piel, como resina del torvisco, la mostaza negra, etc.
Vulnerarias, o que curan las heridas, como el cantueso, el romero, el hipérico o hierba de San Juan, la manzanilla, la brea del enebro de la miera, la salvia, el malvavisco, etc., también son valoradas para estas aplicaciones las propiedades antisépticas del cantueso, el mirto o de la trementina a partir de la resina del pino resinero o las propiedades cicatrizantes de las hojas de hiedra.
Otras propiedades destacables de algunas plantas son la de anticatarral del mirto; antihemorroidal del rizoma de rusco y las yemas en ungüento del chopo; antivaricosa del rizoma de rusco; sudoríficas como el rizoma de la zarzaparrila y los amentos de avellano en infusión.
También hay plantas que alivian los dolores articulares, como el romero; que actúan contra la disentería, como el árbol del cielo; que alivian las afecciones hepáticas, como las raíces, tallos y hojas del cardo mariano; que actúan contra la hidropesía, como los frutos del durillo; que reducen la tensión, como las hojas de olivo y acebuche o que son usadas contras las verrugas, como los higos de la higuera.
Desde la antigüedad se han utilizado las plantas no sólo para la alimentación sino también para tratar de curar toda clase de dolencias y afecciones, sin embargo la obtención de fármacos por procesos industriales ha relegado el valor medicinal de las plantas a un plano muy lejano que poco a poco trata de recobrarse para apreciar el valor intrínseco que ofrecem los vegetales como recurso natural.
Hacer una mención completa de todas las plantas que se usan o han sido usadas como medicinales sería muy largo y con toda seguridad incompleto, ya que día a día se descubren nuevas aplicaciones de plantas ya conocidas. Se comentan a continuación y en orden alfabético algunas de las propiedades que presentan las plantas medicinales y ejemplos ilustrativos de las mismas.
Antiespasmódicas o espasmolíticas, o que calman los espasmos, como la milenrama, el cantueso, la hierbaluisa, el romero, la manzanilla romana, la alcaravea, la salvia, la madera de la hiedra, etc.
Antihelmínticas, o vermífugas, que ayudan a expulsar los parásitos intestinales, como el ajo y la cebolla, corteza de la raíz del granado, el ajenjo, la artemisa, la corteza de la raíz de la morera, la brea del enebro de la miera, etc.
Antirreumáticas o que alivian las afecciones del reúma, como las hojas de fresno, las flores hervidas de la brecina, la corteza de la bardaguera, los derivados de la resina del pino resinero, etc.
Aperitivos, que despiertan y estimulan el apetito, como la genciana, la milenrama, el rusco, los frutos del hinojo, la angélica, la alcaravea, la menta, etc.
Astringentes, que astringen o contraen los tejidos, a menudo utilizadas como antidiarréicas, como la agrimonia, los frutos del palmito, el zumaque, las flores y corteza del granado, las flores hervidas la brecina, la corteza y hojas del castaño, los frutos del almez, los zarcillos de la vid, las hojas del espino negro, la retama loca, las hojas y tallos del mirto, los frutos del endrino, los brotes tiernos de la zarzamora, los frutos del escaramjuo, los frutos en estado bien maduro del mostajo, las ramas del atarfe, la corteza del olmo, la corteza y agallas de la encina, las hojas del lentisco, las hojas y agallas de la cornicabra, la corteza del algarrobo, etc.
Balsámicas como la esencia del mirto, la trementina a partir de la resina del pino resinero, piñones del pino piñonero, etc.
Béquicas o antitusígenas, que calman la tos, como las flores de la carquesa, el exudado azucarado de las ramas de la jara del ládano, la amapola, los higos de la higuera, etc.
Cardiotónicas o que tonifican el corazón, como la pulsátila, la convalaria, las flores secas del majuelo en tisana, la dedalera, la adelfa, el nenúfar blanco, la cebolla albarrana, etc.
Carminativas, que previenen la formación de gases del intestino o provoca la expulsión de los mismos, la milenrama, la alcaravea, los frutos del hinojo, la manzanilla, la menta, el anís, la valeriana, etc.
Colagogas o que activan la secreción biliar, como la agrimonia, la achicoria, el romero, el cardo santo, el agracejo, etc.
Diuréticas o que facilitan la formación y eliminación de la orina, como los equisetos, los rizomas de la caña común, de la zarzaparrila, de la esparraguera y del rusco, el romero, el matagallo, las hojas del fresno, las flores hervidas de la brecina, el jarabe obtenido de la carquesa, los frutos de la cornicabra, las raíces y frutos del hinojo, etc.
Eméticas o vomitivas, que producen el vómito, sobre todo incluye plantas amargas o incluso algo tóxicas, como las flores y frutos de la gayomba, los frutos de hiedra, los frutos del acebo, etc.
Emoliente o que disminuyen la inflamación de los tejidos irritados, como los frutos de la palmera datilera o dátiles, el malvavisco, la borraja, los llantenes, las flores de la carquesa, etc.
Estimulantes, que activan temporalmente la actividad nerviosa o muscular, como el cantueso, el pimiento, el tabaco, el romero, el muérdago, la albahaca, etc.
Febrífugas o que combaten la fiebre, como la siempreviva amarilla, las hojas del durillo, el tilo, el marrubio, las hojas de olivo y acebuche, la borraja, la corteza de la bardaguera, etc.
Hipoglucemiantes, que rebajan el contenido de azucar en la sangre, como los arándanos, las ortigas, las hojas de olivo y acebuche, el nogal, etc.
Laxantes o que aceleran la evacuación intestinal, como las hojas de fresno, los frutos del almez, las uvas pasa de la vid, las flores en tisana del endrino, la corteza de la raíz de la morera, las flores y frutos de la gayomba, los higos de la higuera, los frutos del algarrobo o algarrobas, etc.
Narcóticas o hipnóticas, que provocan el sueño, como la amapola, el anís, la mejorana, la valeriana, etc.
Purgantes o que provocan la evacuación intestinal de forma drástica, como los frutos del durillo, pero son tóxicos, la corteza del espino negro, los frutos del acebo, la corteza del torvisco, las flores y frutos de la gayomba, etc.
Tónicas, que tonifican un órgano o todo el organismo, como las hojas de olivo y acebuche, las flores secas del majuelo en tisana, el orégano, el ajenjo, etc.
Sedantes o tranquilizantes, que tienen efectos calmantes sobre el sistema nervioso, como las flores secas del majuelo en tisana, la esencia del mirto, el ládano de la jara del ládano, etc.
Vesicante, que produce vejigas o ampollas en la piel, como resina del torvisco, la mostaza negra, etc.
Vulnerarias, o que curan las heridas, como el cantueso, el romero, el hipérico o hierba de San Juan, la manzanilla, la brea del enebro de la miera, la salvia, el malvavisco, etc., también son valoradas para estas aplicaciones las propiedades antisépticas del cantueso, el mirto o de la trementina a partir de la resina del pino resinero o las propiedades cicatrizantes de las hojas de hiedra.
Otras propiedades destacables de algunas plantas son la de anticatarral del mirto; antihemorroidal del rizoma de rusco y las yemas en ungüento del chopo; antivaricosa del rizoma de rusco; sudoríficas como el rizoma de la zarzaparrila y los amentos de avellano en infusión.
También hay plantas que alivian los dolores articulares, como el romero; que actúan contra la disentería, como el árbol del cielo; que alivian las afecciones hepáticas, como las raíces, tallos y hojas del cardo mariano; que actúan contra la hidropesía, como los frutos del durillo; que reducen la tensión, como las hojas de olivo y acebuche o que son usadas contras las verrugas, como los higos de la higuera.