La siega y la maja del pan eran dos de las actividades más duras del verano de Pozos. Para segar se usaba la hoz y la focina. Según se iba cortando la paja se sujetaba con los dedos, se hacía la chaviadura (ligadura del puñado mediante varias pajas) para que cupiese más cantidad en la mano y completada la manada se depositaba en montones o gaviellas. Terminada la tierra, las gaviellas se ataban con la grañuela (haz de pajas de centeno igualadas desde las espigas) de tres en tres en manojos, con los que, una vez reunidos, se construían las morenas. Finalizada la siega, y una vez limpia la era, se procedía al acarreo. Llegado el carro a la era, la mujer o un hijo subidos al él tiraban los manojos y el cabeza de familia los colocaba en círculo, muy apretados, con las espigas hacia el centro, formando montones cónicos (las medas) rematados con una especie de tejado con las espigas hacia fuera, para que, si llovía, no entrase el agua. En el caso del trigo, o cuando la cosecha era pequeña, se amontonaban los manojos en morenas, montones a dos caras y menores que las medas. El centeno se majaba a porro hasta los años cincuenta. Para la maja se formaban cuadrillas de familiares o vecinos. En la maja a porro, los manojos, cortada la garañuela, se extendían en el suelo formando la irada que, cuando el sol ya lo había calentado, era golpeado por los majadores, agrupados de dos en dos, de cuatro en cuatro y hasta de seis en seis, logrando que el grano saliese de las espigas. A pesar del duro trabajo, competían los majadores por lograr un manejo más elegante del porro . Acabada la maja de la irada, después de un descanso, pasaban los majadores al otro irao para repetir la faena hasta que la meda desaparecía. Mientras, las mujeres recogían la paja ya majada y la juntaban en el feije-un montón al lado-, para luego, terminada la maja, atarla en mañizas y trasladarla a las cuadras (techo hecho con palos y las mismas mañizas), para alimento de las vacas y secado de la cuadra. Algunos vecinos esta paja o parte de ella la trillaban un poco para que fuera más fácil mullir la cuadra y absorbiera mejor el orín.