Si la guerra civil apenas se dejó sentir por estas tierras, no podemos decir lo mismo de los 12 años que la siguieron. La guerrilla fue consecuencia de la represión llevada a cabo contra todo vestigio republicano por parte de los vencedores de la contienda. La presencia de “huidos” y de fuerzas del orden sembró el pánico en los pueblos y en el corazón de sus gentes. Unos y otros mataban a capricho y a altas horas de la noche golpeaban a las puertas de las casas en busca de comida, y el escaso sustento de que disponían sus moradores era saqueado por los dos bandos como auténticos lobos. El “maqui” más famoso en Cabrera fue Manuel Girón Bazán; con su muerte el 2 de mayo de 1951 en las proximidades de Molinaseca terminó la presencia guerrillera.