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El Crisantemo, siempre con flor

De origen asiático, pero plenamente extendido por todo el mundo, el crisantemo es una flor hermosa y agradecida, cargada de simbolismo. En Occidente, donde también es conocido como San Vicente, es tradición utilizarlo como ofrenda floral en el Día de Difuntos, aunque no por ello deja de llenar con profusión y alegría los hogares como planta ornamental, tanto de interior como de exterior. En Asia representa la longevidad, por eso también es una flor ritual muy frecuente en determinadas ceremonias.

Los crisantemos ofrecen numerosas variedades aptas para todos los gustos. Sus inflorescencias son tan diversas que nos permiten elegir entre un gran surtido de colores y formas, así como plantear innumerables diseños para los arriates o bonitos ramos de flor cortada.

En general, esta herbácea se caracteriza por ser resistente y muy fácil de cultivar, y, aunque prefiere la luz de los exteriores, también se deja mimar si la cultivamos dentro de casa. Además, no necesita excesivos cuidados para conservar sus flores durante bastante tiempo.

Consejos de mantenimiento

Coloca la maceta en un lugar claro y bien ventilado, pero sin corrientes.
Cuidado con el calor: no resisten mucho tiempo en estancias calurosas.
Si ves que las flores no se abren es por falta de luz.
Debes mantener siempre el cepellón algo húmedo. Las flores se marchitan en cuanto les falta agua, pero ten cuidado con los encharcamientos.
Cuando las flores estén marchitas, elimínalas. De esta manera conseguirás que las nuevas duren más tiempo.
Pulveriza frecuentemente con agua tibia. Lograrás que las hojas y las flores estén frescas, principalmente si se encuentran en sitios con calefacción.
A mediados de la primavera puedes sacarla al exterior y tenerla prácticamente hasta el mes de octubre.
Con las atenciones adecuadas, conseguirás mantener la planta florida por lo menos diez semanas seguidas. Y si el lugar en el que se encuentra tiene temperaturas suaves, aún se prolongará su permanencia durante más tiempo.

Otros cuidados importantes
La luz es fundamental para el correcto desarrollo de los crisantemos, pero cuidado con la exposición solar directa: puede acabar quemando la planta. Asimismo, el calor y el frío son enemigos de esta especie. Necesita temperaturas medias entre 13 y 18º C.

Con la llegada del verano, es necesario incrementar la frecuencia de riego y abonar. Además, si la tienes en el exterior, no es raro que crezca mucho en altura, por lo que es buena idea podar de vez en cuando. Por ejemplo, corta las flores más altas y úsalas para decorar el interior de tu vivienda.

Se reproduce por división de mata o esquejes cuando comience a despuntar la primavera. Separa las matas y siembra las plantas individualmente, regando con moderación. Generalmente suelen enraizar sin problemas.