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Trastornos arteriales

Los vasos sanguíneos sanos son elásticos y capaces de adaptarse a los cambios normales de la circulación. Sin embargo, la edad avanzada y la mala salud pueden producir aterosclerosis (obstrucción de las arterias por depósitos de grasa) o arteriosclerosis (endurecimiento de las paredes arteriales).

Como hacían nuestros abuelos, nosotros también podemos recurrir a los remedios de la herbolaria para prevenir estas enfermedades.

Várices

Las venas dilatadas que se conocen como várices no son una enfermedad nueva; nuestros antepasados también las padecían, y esa debilidad venosa puede ser hereditaria.

Las várices se forman cuando las válvulas de las venas se debilitan y entorpecen la circulación de las piernas hacia el corazón. La sangre se acumula entonces en las venas, que se hinchan, se deforman y producen dolor.

El estreñimiento puede comprimir las venas del abdomen y dificultar la circulación proveniente de las piernas. La debilidad venosa también puede ser causa de hemorroides, que se manifiestan con dolor y comezón en el recto.

Infusión para las várices

Este remedio es muy abundante en rutina, un compuesto vegetal que tiene la propiedad de fortalecer las paredes de las venas.

20 g de granos de trigo sarraceno enteros
20 g de flores de ruda secas
20 g de flores de saúco secas
Mezcle los ingredientes y guárdelos en un recipiente hermético. Para preparar la infusión, deje reposar una cucharadita colmada de la mezcla en 250 ml (una taza) de agua hirviendo durante 20 minutos. Cuele la infusión y, si lo desea, endúlcela con miel. Tome hasta tres tazas al día.

Aceite para baño de asiento

Alivia las molestias causadas por las hemorroides.

6 gotas de aceite de ciprés
6 gotas de aceite de manzanilla
3 gotas de aceite de menta
20 gotas de aceite vegetal
Añada dos gotas de aceite de ciprés, dos de aceite de manzanilla y una de aceite de menta al agua del baño de asiento. Tome el baño de 5 a 10 minutos. Luego mezcle el resto de los aceites y aplíquelos a la zona afectada.

Hierbas medicinales

En el siglo XIX, casi todos los hogares tenían un botiquín de remedios preparados con plantas medicinales. Usted también puede echar mano de estos remedios comprando pequeñas cantidades de las hierbas medicinales que pueda necesitar en el futuro próximo. La manzanilla, por ejemplo, reduce la inflamación y, preparada en infusión, alivia algunos padecimientos del estómago, calma los nervios y ayuda a conciliar el sueño.

El escaramujo, las flores de saúco y las de lima sirven para aliviar el resfriado; el lúpulo, el toronjil y la valeriana, para combatir el estrés y el insomnio. Entre las plantas benéficas para el corazón y reductoras de la presión arterial se cuentan el espino, el ajo, la lavanda y la rosa.