Los remedios caseros para eliminar las manchas (RC-73)
Ana I. Bárcena, A. Sánchez Soberón, R. Román, A. Sequeira, J. Sánchez Soberón y C. Bárcena
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El ser humano está inmerso en un mundo en el que existen continuos cambios físicos y químicos. Algo tan sencillo como una mancha en nuestra ropa nos puede servir para explicar desde el método científico (observación, emisión de hipótesis y comprobación de la misma), hasta la diferencia entre procesos físicos y químicos, etc.
Nuestras abuelas, madres e incluso nosotros mismos, sin saberlo, nos comportamos como verdaderos alquimistas al buscar productos que eliminen las manchas de nuestra ropa. Ahora bien, si no buscamos la explicación científica, ¿por qué se elimina?, no seremos jamás auténticos científicos.
Algunos de los denominados "remedios caseros" tradicionalmente empleados para eliminar las manchas, son los siguientes:
La mancha de grasa se puede eliminar con gasolina.
La mancha de vino tinto se va con vino blanco.
La mancha de carmín con tolueno (cuidado al manipularlo ya que es tóxico).
La cera de vela planchando la tela colocada entre dos papeles secantes.
La mancha de hierba, el denominado verdín, se elimina con alcohol etílico.
La mancha de esmalte de uñas con acetona.
El pegamento de barra con glicerina o etanol.
El chicle con insecticida o introduciéndolo en el frigorífico hasta que solidifique lo que permite posteriormente arrancarlo sin dejar rastro.
La mancha de aceite, en el momento, con polvos de talco.
La mancha de sangre reciente con agua fría; ¡cuidado ¡el agua caliente la fija. Si es más antigua se añadirá sobre la misma agua oxigenada poco concentrada.
La mancha de tinta de bolígrafo con etanol. Con las tintas hay que ser muy cautos; ya que algunas salen con leche como por ejemplo las de plumas estilográficas, mientras que otras no desaparecen ni con acetona.
La mayoría de estos procesos son de tipo físico (cambios de estado o disoluciones), que siempre serán preferibles a los químicos; ya que son menos abrasivos.
No todas las telas y tintes soportan los mismos tratamientos; por lo que se debe probar en una esquina o zona no visible de la prenda antes de realizar el proceso.
Te animamos a que busques el por qué desaparecen las manchas. Así, por ejemplo la justificación científica del primer caso es la siguiente.
Tanto la grasa como la gasolina son sustancias de carácter apolar, lo que significa que la segunda es capaz de disolver (proceso físico) a la primera. Sin embargo, la prenda quedará impregnada de un olor desagradable, que no desaparecerá al lavarla. Esto se debe a que el agua (sustancia polar) no es miscible con la gasolina y por lo tanto no es capaz de "arrastrarla". Por ello, una vez eliminada la mancha se tratará la prenda con diclorometano y posteriormente con etanol. Ahora tras el lavado la prenda ha perdido ese olor.
Ana I. Bárcena, A. Sánchez Soberón, R. Román, A. Sequeira, J. Sánchez Soberón y C. Bárcena
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El ser humano está inmerso en un mundo en el que existen continuos cambios físicos y químicos. Algo tan sencillo como una mancha en nuestra ropa nos puede servir para explicar desde el método científico (observación, emisión de hipótesis y comprobación de la misma), hasta la diferencia entre procesos físicos y químicos, etc.
Nuestras abuelas, madres e incluso nosotros mismos, sin saberlo, nos comportamos como verdaderos alquimistas al buscar productos que eliminen las manchas de nuestra ropa. Ahora bien, si no buscamos la explicación científica, ¿por qué se elimina?, no seremos jamás auténticos científicos.
Algunos de los denominados "remedios caseros" tradicionalmente empleados para eliminar las manchas, son los siguientes:
La mancha de grasa se puede eliminar con gasolina.
La mancha de vino tinto se va con vino blanco.
La mancha de carmín con tolueno (cuidado al manipularlo ya que es tóxico).
La cera de vela planchando la tela colocada entre dos papeles secantes.
La mancha de hierba, el denominado verdín, se elimina con alcohol etílico.
La mancha de esmalte de uñas con acetona.
El pegamento de barra con glicerina o etanol.
El chicle con insecticida o introduciéndolo en el frigorífico hasta que solidifique lo que permite posteriormente arrancarlo sin dejar rastro.
La mancha de aceite, en el momento, con polvos de talco.
La mancha de sangre reciente con agua fría; ¡cuidado ¡el agua caliente la fija. Si es más antigua se añadirá sobre la misma agua oxigenada poco concentrada.
La mancha de tinta de bolígrafo con etanol. Con las tintas hay que ser muy cautos; ya que algunas salen con leche como por ejemplo las de plumas estilográficas, mientras que otras no desaparecen ni con acetona.
La mayoría de estos procesos son de tipo físico (cambios de estado o disoluciones), que siempre serán preferibles a los químicos; ya que son menos abrasivos.
No todas las telas y tintes soportan los mismos tratamientos; por lo que se debe probar en una esquina o zona no visible de la prenda antes de realizar el proceso.
Te animamos a que busques el por qué desaparecen las manchas. Así, por ejemplo la justificación científica del primer caso es la siguiente.
Tanto la grasa como la gasolina son sustancias de carácter apolar, lo que significa que la segunda es capaz de disolver (proceso físico) a la primera. Sin embargo, la prenda quedará impregnada de un olor desagradable, que no desaparecerá al lavarla. Esto se debe a que el agua (sustancia polar) no es miscible con la gasolina y por lo tanto no es capaz de "arrastrarla". Por ello, una vez eliminada la mancha se tratará la prenda con diclorometano y posteriormente con etanol. Ahora tras el lavado la prenda ha perdido ese olor.