Virtudes:
Las cereza son de fácil digestión y muy sanas. Según Leclerc, administradas en abundancia, como fruta seca, las cerezas convienen a los tragones insaciables, y, sobre todo, a quienes, por excesos gastronómicos, padecen artritis u obesidad: aquel célebre médico las recomienda por ser una fruta engaña-hambrientos.
Los rabillos de las cerezas actúan como diuréticos. Generalmente, se prepara una tisana hirviendo 1 onza de rabillos en 1 litro de agua, que se da a beber a pasto. Se recomienda emplear los rabillos de las guindas; pero al parecer, la composición de los de ambas especies es poco más o menos la misma. Hay que afianzar la acción diurética de esta droga, por cada onza de rabos de guindas añade al cocimiento 0,5 onza de grana.
Otros usos
Las cerezas y las guindas se suelen tomar recién cogidas, y sin sazonarlas ni añadirles azúcar. Pero con ellas se preparan mermeladas y guindadas, la ratafia y el aguardiente de guindas; y, en otros países, el "kirsch" y el marrasquino. La mermelada de cerezas se prepara quitando los rabos y los huesecitos a las cerezas hasta obtener 1 kilogramo. Se les añade 1,5 kg. de azúcar y se colocan en una cacerola bien limpia durante la noche. Al día siguiente, se calienta la mezcla hasta que hierva, removiéndola a menudo, y se deja hervir un cuarto de hora. Cuando quiere enfriarse, se vierte en el recipiente elegido y se conserva en sitio fresco. Es una mermelada ligeramente laxante.
El aguardiente de guindas, o las guindas en aguardiente, se preparan llenando con ellas una botella de boca ancha, pero sin apretarlas ni hurtarles espacio, y vertiendo en la botella, hasta cubrirlas, aguardiente de Holanda, o si se quiere, alcohol rebajado, mezclando 1 litro de alcohol fuerte con otro litro de agua. Se recomienda que las guindas estén bien maduras, pero no blanduchas, y se les deja un poco de rabillo por el que puedan cogerse al tomarlas. A menudo, para mayor refinamiento, si se tiene 1 litro de cabida, en cada frasco de guindas se echa una pizquita de canela, otra de nuez moscada y dos o tres clavillos. Todo ello bien tapado, se deja en maceración durante 40 días. Entonces se suele añadir 250 gr. de azúcar por cada litro de aguardiente, se remueve suavemente la botella, repetidas veces, y pasada una semana ya está listo para tomar. Las damas agradecerán el azúcar; pero otros prefieren la bebida muy seca, con el poco dulzor que deja la fruta.
Se suele beber una copita de este aguardiente y tomar con él dos o tres guindas. Es una bebida popular, que tiene entusiastas partidarios, como se deduce de aquel refrán que dice: Si solo así te lo trincas ¿que hicieras con guindas?. El aguardiente de guindas aprovecha contra los dolores de tripas.
Las cereza son de fácil digestión y muy sanas. Según Leclerc, administradas en abundancia, como fruta seca, las cerezas convienen a los tragones insaciables, y, sobre todo, a quienes, por excesos gastronómicos, padecen artritis u obesidad: aquel célebre médico las recomienda por ser una fruta engaña-hambrientos.
Los rabillos de las cerezas actúan como diuréticos. Generalmente, se prepara una tisana hirviendo 1 onza de rabillos en 1 litro de agua, que se da a beber a pasto. Se recomienda emplear los rabillos de las guindas; pero al parecer, la composición de los de ambas especies es poco más o menos la misma. Hay que afianzar la acción diurética de esta droga, por cada onza de rabos de guindas añade al cocimiento 0,5 onza de grana.
Otros usos
Las cerezas y las guindas se suelen tomar recién cogidas, y sin sazonarlas ni añadirles azúcar. Pero con ellas se preparan mermeladas y guindadas, la ratafia y el aguardiente de guindas; y, en otros países, el "kirsch" y el marrasquino. La mermelada de cerezas se prepara quitando los rabos y los huesecitos a las cerezas hasta obtener 1 kilogramo. Se les añade 1,5 kg. de azúcar y se colocan en una cacerola bien limpia durante la noche. Al día siguiente, se calienta la mezcla hasta que hierva, removiéndola a menudo, y se deja hervir un cuarto de hora. Cuando quiere enfriarse, se vierte en el recipiente elegido y se conserva en sitio fresco. Es una mermelada ligeramente laxante.
El aguardiente de guindas, o las guindas en aguardiente, se preparan llenando con ellas una botella de boca ancha, pero sin apretarlas ni hurtarles espacio, y vertiendo en la botella, hasta cubrirlas, aguardiente de Holanda, o si se quiere, alcohol rebajado, mezclando 1 litro de alcohol fuerte con otro litro de agua. Se recomienda que las guindas estén bien maduras, pero no blanduchas, y se les deja un poco de rabillo por el que puedan cogerse al tomarlas. A menudo, para mayor refinamiento, si se tiene 1 litro de cabida, en cada frasco de guindas se echa una pizquita de canela, otra de nuez moscada y dos o tres clavillos. Todo ello bien tapado, se deja en maceración durante 40 días. Entonces se suele añadir 250 gr. de azúcar por cada litro de aguardiente, se remueve suavemente la botella, repetidas veces, y pasada una semana ya está listo para tomar. Las damas agradecerán el azúcar; pero otros prefieren la bebida muy seca, con el poco dulzor que deja la fruta.
Se suele beber una copita de este aguardiente y tomar con él dos o tres guindas. Es una bebida popular, que tiene entusiastas partidarios, como se deduce de aquel refrán que dice: Si solo así te lo trincas ¿que hicieras con guindas?. El aguardiente de guindas aprovecha contra los dolores de tripas.