Don Alberto, el cura párroco de
Puente durante muchos años, fue el primero en auxiliarse del magnetófono para decir misa. Como quiera que él solo lo tenía que hacer todo, grababa previamente en cinta los momentos de la misa en los que, mientras el oficiante continuaba con el Sacrificio, convenía alguna reflexión. Con una intuición desusada, en directo, él se iba adaptando a la grabación.
No creo que por los alrededores sucediera nada parecido.
Charly.