Un romance del siglo XVII referido a la aparición de la imagen de la Virgen de la Velilla acaecida, según se cree en el año 1470, reza así:
Acordaos, mi marido,
acordaos, Diego de Prado,
que aquella santa imagen,
que en el monte havis hallado,
la tenemos en el orreo
sin la decencia y cuidado
con que se debe tener
tan precioso relicario.
Acordaos, mi marido,
acordaos, Diego de Prado,
que aquella santa imagen,
que en el monte havis hallado,
la tenemos en el orreo
sin la decencia y cuidado
con que se debe tener
tan precioso relicario.