Muchos abrazos virtuales y pocos de los reales, y deja de llamarme tigresa, que soy leona, pero para ti una leoncita mimosa y apetitosa, tu te tapas los ojos y yo hago el resto.
Hacia muchos años que se me había dormido la libido, y ahora vienes tu ¡Ladrón! A robarme mi paz interior, ¿Cómo quieres que me encuentre si ya se me había olvidado lo que es una herida abierta y sedienta?
Hacia muchos años que se me había dormido la libido, y ahora vienes tu ¡Ladrón! A robarme mi paz interior, ¿Cómo quieres que me encuentre si ya se me había olvidado lo que es una herida abierta y sedienta?