El tesoro del verano
Las grandes fiestas del año se celebran en verano. Los pueblos enteros se vuelcan en un abrazo gozoso. Es tiempo de baile colectivo, de juerga, de liberarse de las ocupaciones y normas cotidianas. El pensamiento se detiene; no hay de qué preocuparse. Llegó el momento de disfrutar de los frutos del tiempo y el esfuerzo. Todo en la creación ha madurado, y nosotros también. El premio de la cosecha ha llegado, y hay que agradecer los dones de la vida, y celebrar con los demás generosamente la abundancia estival. Como la cigarra, que canta optimista y despreocupada, pues la vida es fácil, sin frío, con todo lo que necesita rodeándole
Celebremoslo, estamos en verano.
Las grandes fiestas del año se celebran en verano. Los pueblos enteros se vuelcan en un abrazo gozoso. Es tiempo de baile colectivo, de juerga, de liberarse de las ocupaciones y normas cotidianas. El pensamiento se detiene; no hay de qué preocuparse. Llegó el momento de disfrutar de los frutos del tiempo y el esfuerzo. Todo en la creación ha madurado, y nosotros también. El premio de la cosecha ha llegado, y hay que agradecer los dones de la vida, y celebrar con los demás generosamente la abundancia estival. Como la cigarra, que canta optimista y despreocupada, pues la vida es fácil, sin frío, con todo lo que necesita rodeándole
Celebremoslo, estamos en verano.