Qué tiempos aquellos cuando la vida de Puente almuhey se regía por la llegada del Correo, mañana y tarde.
Todo era antes o después del Correo, los mismo que los americanos rigen sus horas antes o después del Meridiano.
Y el correo traía las barras de hielo con las que Ramiro Beneítez hacía los helados, las películas que Tomás proyectaba en el salón o en la pista, las futas para Micaela y los periódicos del día...
Qué maravilla, Señor
El Puentero Enmascarado.
Todo era antes o después del Correo, los mismo que los americanos rigen sus horas antes o después del Meridiano.
Y el correo traía las barras de hielo con las que Ramiro Beneítez hacía los helados, las películas que Tomás proyectaba en el salón o en la pista, las futas para Micaela y los periódicos del día...
Qué maravilla, Señor
El Puentero Enmascarado.