--EL PENSAMIENTO--
Era una linda rosa, brillante enredadera,
tan pura, tan graciosa, espléndida y gentíl
que era el mejor adorno de la felíz pradera,
la joya más valiosa del floreciente abríl.
Al pie de ella crecía un pobre pensamiento,
pequeño. solitario, sin gracia ni color;
pero miró a la rosa y respiró su aliento
y concibió por ella el más profundo amor.
Mirando a su querida pasaba noche y dia
mil veces ay! le quiso su pena declarar;
pero tan lejos siempre, tan lejos la veía
que devoraba a solas su pena y su pesar.
A veces le mandaba sus tímidos olores,
pensando que llegaba hasta su amada flor;
pero la brisa, al columpiar las flores,
llevabase muy lejos la pena de su amor.
El pobre pensamiento mil lágrimas vertía,
desoladoras lágrimas, de acíbar y de hiel,
mientras la joven rosa, sin ver a otras crecía
y mientras más crecía, más se alejaba de él.
Era una linda rosa, brillante enredadera,
tan pura, tan graciosa, espléndida y gentíl
que era el mejor adorno de la felíz pradera,
la joya más valiosa del floreciente abríl.
Al pie de ella crecía un pobre pensamiento,
pequeño. solitario, sin gracia ni color;
pero miró a la rosa y respiró su aliento
y concibió por ella el más profundo amor.
Mirando a su querida pasaba noche y dia
mil veces ay! le quiso su pena declarar;
pero tan lejos siempre, tan lejos la veía
que devoraba a solas su pena y su pesar.
A veces le mandaba sus tímidos olores,
pensando que llegaba hasta su amada flor;
pero la brisa, al columpiar las flores,
llevabase muy lejos la pena de su amor.
El pobre pensamiento mil lágrimas vertía,
desoladoras lágrimas, de acíbar y de hiel,
mientras la joven rosa, sin ver a otras crecía
y mientras más crecía, más se alejaba de él.