Es inevitable.
Una esperanza incierta hechiza la impaciencia
pero reflexiono y no actúo: tal vez ha pasado poco tiempo.
Voy jugando con las agujas del reloj
y me entretengo con el aburrimiento más sutil.
¿Puedo ya? Ya?... Seguro?... quieres decir?
Dudas, desengaños, excitación, inquietud...
todo un pozo de sensaciones se embalsa de complejas equivocados.
Paro el proceso del pensamiento y sigo llenando los bolsillos
con porciones de instantes perdidos.
Y ahora? Ahora! quizás ya está!
Una probabilidad sospechosa se adecua a las sensaciones más prototípicas
Y de pronto la decisión actúa por el golpe de un estímulo involuntario:
sin más pausas ausentes de sentido
me dispongo a mirar si he recibido... tu respuesta.
De ANNA FENOY
Una esperanza incierta hechiza la impaciencia
pero reflexiono y no actúo: tal vez ha pasado poco tiempo.
Voy jugando con las agujas del reloj
y me entretengo con el aburrimiento más sutil.
¿Puedo ya? Ya?... Seguro?... quieres decir?
Dudas, desengaños, excitación, inquietud...
todo un pozo de sensaciones se embalsa de complejas equivocados.
Paro el proceso del pensamiento y sigo llenando los bolsillos
con porciones de instantes perdidos.
Y ahora? Ahora! quizás ya está!
Una probabilidad sospechosa se adecua a las sensaciones más prototípicas
Y de pronto la decisión actúa por el golpe de un estímulo involuntario:
sin más pausas ausentes de sentido
me dispongo a mirar si he recibido... tu respuesta.
De ANNA FENOY