De la huerta me encanta
Cuando el sol marca la tarde
Echado en el césped contemplar
Esos árboles frondosos, verdes
Cuyas raíces parecen meditar.
¿A dónde irá el camino
Qué oculta el horizonte?
Desde la huerta parece
Allá muy lejos, cansino
Perderse tras el monte.
Junto a la pétrea pared
Triste, sola, clavada,
De fuerte madera permanece
La nogal siempre callada.
Unas flores han brotado
En el borde del oscuro
Profundo y olvidado pozo
Que el abuelo construyó
Con sudor cuando era mozo.
Un cerezo extiende su cabeza
Erguido hacia lo alto
Más allá un manzano envejecido
Le contempla con tristeza.
Cuando el sol marca la tarde
Echado en el césped contemplar
Esos árboles frondosos, verdes
Cuyas raíces parecen meditar.
¿A dónde irá el camino
Qué oculta el horizonte?
Desde la huerta parece
Allá muy lejos, cansino
Perderse tras el monte.
Junto a la pétrea pared
Triste, sola, clavada,
De fuerte madera permanece
La nogal siempre callada.
Unas flores han brotado
En el borde del oscuro
Profundo y olvidado pozo
Que el abuelo construyó
Con sudor cuando era mozo.
Un cerezo extiende su cabeza
Erguido hacia lo alto
Más allá un manzano envejecido
Le contempla con tristeza.