¿ \ r ¡exo:
¡\ ntecedentes históricos
Como escribía l, uis Salguero Gómez en "EI Canto del GølIo": "Cuando en eI año 820, según cuenta la tradición, se
descubre eI sepulcro del apóstol Santiago, Compostela se conaierte en un centro de peregrinación religiosø de primer
orden parø todo eI ámbito católico europeo. Se estableció desde entonces un auténtico flujo de cultura, informøción y
formación a traaés de todø Ia Europø cristianizada høcia Santiago, Io que lo conuertíø en un foco económico y artístico
de primer orden y, por Io tanto, con una importanciø política impresionønte"
Y añadía: "Las monarquías españolas, muy necesitadas de recursos por la lucha contra la presencia arabe, conscientes
de la importancia de este hecho y la repercusión que tendría pnra sus intereses políticos y económicos, coløborøron muy
actiuamente en el éxito del camino santo, en especiølmente los reinos de León, Cnstilla, Aragón y Naaarrø".
Salguer dice que: "De todas las rutas posibles de peregrinøción a Santiago, eI publicitado y señalizado como camino
oficial para los peregrinos que buscabnn gønar eI lubileo, es eI llømado Camino Francés, en el que tuaieron una gran
responsabilidad orgønizatiaø los monjes gølos de Cluny, introducidos y financiados por reyes españoles, como Fernando
I o Alþnso VI, y que recibe este nombre, además de por el origen de sus creadores, por partir de aquellas tienas.
Coexistían y son recordndos y utilizødos hasta hoy otros muchos caminos dependiendo, entre otros factores, de Ia
procedencia e intereses del peregrino, como son el Cnmino Inglés, el Camino Norte, eI Camino Portugués o el Camino
del Sudeste, entre otros. Pero ninguno con la trascendencia y promoción del llamado Camino Francés, auténtica
autopista de peregrinos y primera ruta turística organizadø conocida en eI mundo".
Sin embargo, en el siglo IX la mayor parte de la Península Ibérica estaba repartida entre las distintas tribus
árabes, llegando los llmites de su influencia hasta la parte más meridional de la cordillera Cantábrica. En el
reparto posterior a la invasión musulmana, la zona noroccidental de la península fue ocupada por las tribus
bereberes. Estas tribus, sin aún una organización política pero con constantes razzias y movimientos de
hostigamiento a las poblaciones cristianas, hacían muy inestable y peligrosa la frontera sur, lo que originó
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¡\ ntecedentes históricos
Como escribía l, uis Salguero Gómez en "EI Canto del GølIo": "Cuando en eI año 820, según cuenta la tradición, se
descubre eI sepulcro del apóstol Santiago, Compostela se conaierte en un centro de peregrinación religiosø de primer
orden parø todo eI ámbito católico europeo. Se estableció desde entonces un auténtico flujo de cultura, informøción y
formación a traaés de todø Ia Europø cristianizada høcia Santiago, Io que lo conuertíø en un foco económico y artístico
de primer orden y, por Io tanto, con una importanciø política impresionønte"
Y añadía: "Las monarquías españolas, muy necesitadas de recursos por la lucha contra la presencia arabe, conscientes
de la importancia de este hecho y la repercusión que tendría pnra sus intereses políticos y económicos, coløborøron muy
actiuamente en el éxito del camino santo, en especiølmente los reinos de León, Cnstilla, Aragón y Naaarrø".
Salguer dice que: "De todas las rutas posibles de peregrinøción a Santiago, eI publicitado y señalizado como camino
oficial para los peregrinos que buscabnn gønar eI lubileo, es eI llømado Camino Francés, en el que tuaieron una gran
responsabilidad orgønizatiaø los monjes gølos de Cluny, introducidos y financiados por reyes españoles, como Fernando
I o Alþnso VI, y que recibe este nombre, además de por el origen de sus creadores, por partir de aquellas tienas.
Coexistían y son recordndos y utilizødos hasta hoy otros muchos caminos dependiendo, entre otros factores, de Ia
procedencia e intereses del peregrino, como son el Cnmino Inglés, el Camino Norte, eI Camino Portugués o el Camino
del Sudeste, entre otros. Pero ninguno con la trascendencia y promoción del llamado Camino Francés, auténtica
autopista de peregrinos y primera ruta turística organizadø conocida en eI mundo".
Sin embargo, en el siglo IX la mayor parte de la Península Ibérica estaba repartida entre las distintas tribus
árabes, llegando los llmites de su influencia hasta la parte más meridional de la cordillera Cantábrica. En el
reparto posterior a la invasión musulmana, la zona noroccidental de la península fue ocupada por las tribus
bereberes. Estas tribus, sin aún una organización política pero con constantes razzias y movimientos de
hostigamiento a las poblaciones cristianas, hacían muy inestable y peligrosa la frontera sur, lo que originó
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