¡Abrióse la mañana esplendorosa
aquel domingo pleno de ventura;
de gala revistióse la natura
pues fue la luz del sol aun más radiosa!
Jerusalén, la santa, la gloriosa,
se apresta a abrir sus puertas de hermosura,
y soltando sus salmos de ternura,
al Rey espera, como Reina esposa;
¡Ya viene! ¡Ya se escuchan los clamores!
Hay un ondear de palmas y de flores,
de Cristo Dios, en ovación de amor;
¡Hosanna! ¡Hosanna! en jubiloso grito,
niños y ancianos loan al Bendito,
al Rey que viene, en nombre del Señor!...
aquel domingo pleno de ventura;
de gala revistióse la natura
pues fue la luz del sol aun más radiosa!
Jerusalén, la santa, la gloriosa,
se apresta a abrir sus puertas de hermosura,
y soltando sus salmos de ternura,
al Rey espera, como Reina esposa;
¡Ya viene! ¡Ya se escuchan los clamores!
Hay un ondear de palmas y de flores,
de Cristo Dios, en ovación de amor;
¡Hosanna! ¡Hosanna! en jubiloso grito,
niños y ancianos loan al Bendito,
al Rey que viene, en nombre del Señor!...