Cornada de lobo.
ESTO ES JULIO.
En la vieja caja de los cromos tengo guardados unos cuentos meses de julio, viejos veranos.
Hasta julio no llega de verdad la calora a estos apartes que, si levantan la vista, siempre ven montañas donde se arricia el aire. Ademas julio sólo significa vaciones en la memoria guaja... vacaciones que llegan con agua de rio, de pilón o de piscina... con mañanita de tirachinas entre sebes y frutales descalabrando pardales y guindandole los albérchigos sin madurar al señor Jalón... Con tardes de varal, tanza y anzuelo pescando bermejuelas y bogas que se ensartan en una brimbe y se cuelgan a la cintura para volver de esta guisa al barrio como Tom Sawyer, eficaz y satisfecho desde su missisippi jibarizado, ese Bernesga... con excursiones embotijadas en el tren del hullero hasta las playas caribeñas de morrillo con pecina en Garrafe o Manzaneda... Julio ccon la familia a Covadonga o Ribadesella rilándonos con vértigos de muerte enlos precipicios del pontón o en las gargantas profundas de los Bellos... Con la pandilla de la barrio todos los dias ideando picardías, juegos, o gerras contra otras pandas.
Julio de libros encarcelados en la cartera, de siestas obligadas, lecturas de truenos y capitanes y de cuadernos con veleros dibujados.
Era un julio interminable que se acababa demasiado pronto. Agosto venía con otras fatigas y más familia lejana, aunque muchos de sus domingos seguirian siendo de clan, de soto de rio y con alguna lobada truchera, con pelota en el prado y con la tartera volcada.
Aqui está julio y no vale perdirle que resucite su memoria. ya no repisaremos la hierba en el pajar los guajes de aquellos veranos... ¡ni siquiera resucita chanquete en la tele veraniega del refrito!...
Pero este julio estrenado muchos chavales rotularán emociones nuevas. Y las descargarán del recuerdo cuando dentro de unos años el calor y la siesta modorra les pidan melancolía.
PEDRO TRAPIELLO
ESTO ES JULIO.
En la vieja caja de los cromos tengo guardados unos cuentos meses de julio, viejos veranos.
Hasta julio no llega de verdad la calora a estos apartes que, si levantan la vista, siempre ven montañas donde se arricia el aire. Ademas julio sólo significa vaciones en la memoria guaja... vacaciones que llegan con agua de rio, de pilón o de piscina... con mañanita de tirachinas entre sebes y frutales descalabrando pardales y guindandole los albérchigos sin madurar al señor Jalón... Con tardes de varal, tanza y anzuelo pescando bermejuelas y bogas que se ensartan en una brimbe y se cuelgan a la cintura para volver de esta guisa al barrio como Tom Sawyer, eficaz y satisfecho desde su missisippi jibarizado, ese Bernesga... con excursiones embotijadas en el tren del hullero hasta las playas caribeñas de morrillo con pecina en Garrafe o Manzaneda... Julio ccon la familia a Covadonga o Ribadesella rilándonos con vértigos de muerte enlos precipicios del pontón o en las gargantas profundas de los Bellos... Con la pandilla de la barrio todos los dias ideando picardías, juegos, o gerras contra otras pandas.
Julio de libros encarcelados en la cartera, de siestas obligadas, lecturas de truenos y capitanes y de cuadernos con veleros dibujados.
Era un julio interminable que se acababa demasiado pronto. Agosto venía con otras fatigas y más familia lejana, aunque muchos de sus domingos seguirian siendo de clan, de soto de rio y con alguna lobada truchera, con pelota en el prado y con la tartera volcada.
Aqui está julio y no vale perdirle que resucite su memoria. ya no repisaremos la hierba en el pajar los guajes de aquellos veranos... ¡ni siquiera resucita chanquete en la tele veraniega del refrito!...
Pero este julio estrenado muchos chavales rotularán emociones nuevas. Y las descargarán del recuerdo cuando dentro de unos años el calor y la siesta modorra les pidan melancolía.
PEDRO TRAPIELLO