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PUENTE ALMUHEY: ¿HISTORIAS REALES?...

¿HISTORIAS REALES?

Esta historia apareció en la Revista comarcal de la montaña de Riaño, su autor es Roberto Dominguez del Hoyo y creo puede hacer reir a cualquiera que se imagine la situación

. A pares quince!-gritó el tío Narciso dando un puñetazo encima de la mesa y haciendo volar los garbanzos fuera del plato.
- ¡No seas burro, no metas tantas!-dijo el tío Aniceto
- ¡Que traguen!-replicó Narciso
Mientras, el tío Gaspar-entre crujidos de articulaciones,- bueno, un par de ellos no sonaron a articulación, pero, dada la edad, se le concedió el beneficio de la duda-se esforzaba en recuperar la legumbre perdida entre las madreñas de los jugadores, advirtiendo a su compañero:
- ¡No quieras Nicanor! ¿”L'oyes”?
El ruido también despertó al tío Anastasio que dormitaba al lado apoyado en su cacha; frustrando así el rececho a Gasparín; el rapaz intentaba colarle en la boca abierta una moneda, dudaba entre una de diez y otra de cinco céntimos, sabía que el capital que iba a invertir no era recuperable y en las dudas se escapó la pieza-la miseria no es buena para nada, filosofó -
El tío Gaspar seguía insistiendo:
- ¡Que no, que me huele mal Nicanor! ¡No quieras!
- ¡Bueno, bueno, pues no queremos!- añadió el tío Nicanor de mala gana-
Terminado el juego, enseñó las cartas el tío Narciso
- ¡Lo ves!-exclamó el tío Gaspar- ¡duples de reyes caballos!
- ¡Cómo lo olió el jodido! murmuró resignado el tío Narciso- ¡Buenos vientos tienes!
- ¡Como el burro del tío Ceferino!-saltó el tío Aniceto- ¿Os acordáis aquella vez que Serapio iba a Valponguero?.....
……..
El tío Serapio intentaba acomodar el aparejo a la burra, pero algo le pasaba; no paraba quieta un momento, estaba movediza, desasosegadona, no dejaba de piafar.
- ¡”Tate” quieta Carolina! ¡La puta! ¡Soo! ¡Dios! ¡Miraa! ¡Cómo coja una estaca si te estás quieta!
Corría una suave brisa primaveral preñada de aromas.
Por fin, acabó de apretar la cincha, colocó la cabezada en su sitio y pudo repasar el avío:
-Veamos, para dos días: unos torreznos, los garbanzos, el trozo de espinazo, chorizo, queso, jamón, cinco litros de vino, tres paquetes de cuarterón…creo que está todo. No sé el vino…-murmuró-
Arrimó la Carolina al banco de la portalada y de un pequeño salto se aupó a la albarda.
No había terminado de acomodarse cuando vio venir a trote largo, engallado, venteando como un perdiguero, un pollino peludo, anegrado y de gran alzada; sus ojos de azabache brillaban como luciérnagas; y cuál sería su sorpresa cuando el rucio, sin reparar en él, saltó encima de la burra con tal mala suerte- ¡oh cielos! que las manos delanteras del susodicho animal se introdujeron en los bolsos de su chaqueta de pana.
- ¡Dios!, ¡San Pablo!, ¡soo!, ¡burroo!
El asno ni caso, estaba de servicio.
Serapio ya no las tenía todas consigo, inmovilizado como en un cepo, se puso a vocear pidiendo auxilio al sobrino que dormía en el primer piso:
- ¡Cosme! ¡Cosmee! ¡Cosmeeeee!
Silencio
- ¡Cosmee! ¡Y no se levanta el tío cabrón!
- ¡San Pablo!, ¡la puta!,! burroo!
Serapio forcejeaba pero no había manera de soltarse. ¡Cabe mayor desgracia! -pensaba para sí- Parece que el pollino le oyó, pues inclinando la cabezota empezó a acariciarle las cervicales con esos incisivos que Dios le dio, como si su cuello fuera tierna alfalfa, obligándole a echarse hacia delante y abrazar el pescuezo de la burra.
¡Qué clamores!
¡Dios!.. ¡la puta!…! sooo!
Serapio se desgañitaba llamando al sobrino
¡Cosmeee…Cosmeeeee!
Sólo la brisa, ondulando las copas de los chopos, rompía el silencio
¡Y no se levanta el tío cabrón!
El tío Anastasio se retorcía de risa imaginando la escena y hubo que darle unas palmadas en la espalda so pena de ahogarse.
-Cómo acabó la historia-preguntó entre hipidos
Bueno, cumplida su labor, el asno se apeó, eso sí, rasgando con sus manos los bolsos de la chaqueta de Serapio.
- ¿Qué ocurrió después?-quiso saber el Tío Narciso
- Bueno, hubo un intento de agresión al pollino, el cual, viendo el cariz que tomaban las cosas, envainó la espada, fuese y no pasó nada.
- ¿Heridos?-continuó indagando el tío Narciso
-Sólo la dignidad de Serapio
¡Qué veremos!- remató el tío Anastasio
Y dicen los vecinos que en esas noches de cellisca invernal todavía resuena en el aire la voz del tío Serapio llamando al sobrino:
- ¡Cosmeee…. y no se levanta el tío cabrón!

En fin, a lo que íbamos:
-Tres a grande y dieciocho a chica
- ¡No me jodas Narciso, echa menos
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Saludos, pajarilla
Gracias po esta historia.
Las vidas no son interesantes por hacer más cosas. La vida es interesante poque lo que hacemos lo hacemos desde el corazón e intentando no hacer daño a nadie.
Sé que tu vida es interesante. Solo tienes que parar a pensarlo. Pensar en la cantidad de cosas que has hecho, NO en las que has dejado por hacer. Esas ya han pasado y ahí quedaron.
Fíjate lo intersante de mi vida.
Un día decidí entrar en esta foro; un día decidí viajar a Puente, donde mepzó ... (ver texto completo)