TORRIJAS
Tenemos un postre muy típico de la montaña en esta época de cuaresma y con la misma tónica que los anteriores, que es el aprovechar los restos de pan del día anterior. También era costumbre de hacer cuando una mujer “daba a luz” para convidar a las vecinas y amigas que la visitaban aportando el regalo de un pañal para el bebé y una botella de quina para la madre, (quina que normalmente se tomaba el marido y rápido se reconstituía y preparaba otro, como no había tele….).
Ingredientes
• 1 barra de pan del día anterior • 3 vasos de leche
• 3 cucharadas de azúcar
• 2 huevos batidos
• 2 vasos de aceite de oliva
• Un plato con azúcar
• Canela molida
Preparación:
Se corta la barra de pan en rodajas de unos dos centímetros de espesor, eliminando los extremos, y se disponen en una fuente honda.
A continuación se pone la leche a calentar, disolviendo en ella las tres cucharadas de azúcar y, sin dejar que rompa a hervir, se vierte sobre el pan, dejando pasar un par de horas para que se empapen las torrijas. Pasado ese tiempo, se rebozan en el huevo, y se fríen en el aceite de una en una. Cuando estén doradas por los dos lados, se escurren con cuidado y se ponen sobre papel absorbente para que eliminen el exceso de aceite. Por último se pasan por el plato de azúcar y canela y se dejan enfriar un poco para servir.
Tenemos un postre muy típico de la montaña en esta época de cuaresma y con la misma tónica que los anteriores, que es el aprovechar los restos de pan del día anterior. También era costumbre de hacer cuando una mujer “daba a luz” para convidar a las vecinas y amigas que la visitaban aportando el regalo de un pañal para el bebé y una botella de quina para la madre, (quina que normalmente se tomaba el marido y rápido se reconstituía y preparaba otro, como no había tele….).
Ingredientes
• 1 barra de pan del día anterior • 3 vasos de leche
• 3 cucharadas de azúcar
• 2 huevos batidos
• 2 vasos de aceite de oliva
• Un plato con azúcar
• Canela molida
Preparación:
Se corta la barra de pan en rodajas de unos dos centímetros de espesor, eliminando los extremos, y se disponen en una fuente honda.
A continuación se pone la leche a calentar, disolviendo en ella las tres cucharadas de azúcar y, sin dejar que rompa a hervir, se vierte sobre el pan, dejando pasar un par de horas para que se empapen las torrijas. Pasado ese tiempo, se rebozan en el huevo, y se fríen en el aceite de una en una. Cuando estén doradas por los dos lados, se escurren con cuidado y se ponen sobre papel absorbente para que eliminen el exceso de aceite. Por último se pasan por el plato de azúcar y canela y se dejan enfriar un poco para servir.