PUENTE ALMUHEY: Qué dulce la palabra...

Qué dulce la palabra
cuando delicada y serena
regala los oídos
de los que se prestan a escucharla.

De sus labios nacieron
“adioses” “despedidas”
“amor” “besa” “brazos” “abrazos”
“espérate a mañana…” “viento”
el silencio acompañaba la palabra
mientras los versos calaban
igual que cala la fina lluvia
en las cálidas tardes de otoño.

Sentí el palpitar de mi alma
en cada verso
y recuperé lo que hacía tiempo
creí haber perdido
si bien no estaba perdido
tan solo olvidado en el desván
donde se ocultan y amontonan
los sentimientos dormidos.

No más desvanes del olvido
no más habitaciones oscuras
no más fantasmas acechando
no más sueños dormidos
dejaré que la palabra ilumine mis recuerdos
y me acompañe en el incierto
caminar de la vida
desterrando por siempre
los miedos que otros imponen
y las imposiciones que mis silencios disponen.