Bien marimar, ante tal surtido de cantos a esa tierra... saludando no quiero irme de vacío. No se si soy o no poeta, si se que algo me empuja a arrojarme, a lo triste o alegre que es hallazgo, presente o pasado, del diferentes caminos.
Lo nombraremos, esta vez:
AUSENCIA
El arroyo que hoy me riega
es habitado de ternuras
que se anudan y se quedan
en murmullos de dulzura...
Y que se anuda. Y que resuena
como si cautivas sinfonías.
Acurrucado en el tiempo
-el que jamás olvida-
tiembla abrazado el recuerdo
en escenas, vivas, muy vivas
de un especial alero
de peregrinas golondrinas.
Te piensas el aposento
donde viví y viví ría
aquel delirio sin miedos
al abrazo y la caricia...
pensando que queda el hueco
y en tal hueco te cobijas.
Tal vez llames hacia nunca
de tu recuerdo y el grito.
Tal vez sientes que te brinca
aún su risa y su suspiro
cuando se rindió sumisa
ella y tu caíste rendido.
Lo sabes porque la adoraba
tu corazón casi niño
y porque abrió tus alas
muy despiertas hacia el nido.
Y porque en la brisa enamorada
e nació un beso chiquitito.
Y porque la gran distancia
no ha apagado el sonido
que estalló en su garganta
aquel día, hace casi un siglo...
que es llanto en la almohada
en ausencias que aún respiro
libertad
que partió de su garganta...
Lo nombraremos, esta vez:
AUSENCIA
El arroyo que hoy me riega
es habitado de ternuras
que se anudan y se quedan
en murmullos de dulzura...
Y que se anuda. Y que resuena
como si cautivas sinfonías.
Acurrucado en el tiempo
-el que jamás olvida-
tiembla abrazado el recuerdo
en escenas, vivas, muy vivas
de un especial alero
de peregrinas golondrinas.
Te piensas el aposento
donde viví y viví ría
aquel delirio sin miedos
al abrazo y la caricia...
pensando que queda el hueco
y en tal hueco te cobijas.
Tal vez llames hacia nunca
de tu recuerdo y el grito.
Tal vez sientes que te brinca
aún su risa y su suspiro
cuando se rindió sumisa
ella y tu caíste rendido.
Lo sabes porque la adoraba
tu corazón casi niño
y porque abrió tus alas
muy despiertas hacia el nido.
Y porque en la brisa enamorada
e nació un beso chiquitito.
Y porque la gran distancia
no ha apagado el sonido
que estalló en su garganta
aquel día, hace casi un siglo...
que es llanto en la almohada
en ausencias que aún respiro
libertad
que partió de su garganta...
Gracias Libertad, muy bonito lo que has escrito. Marimar
Me queda tiempo para saludar. Despues de la caminata, creo que me he ganado un descanso.
Abrazos.
Abrazos.