será tu piel el cielo
que nunca podré tocar..
o serán mis manos
arena.. viento.. brea.. mar..
o seré orilla y mi ternura
será la espuma que te cubra…
y estarás allí eterna.. visible siempre
siempre para mí en mis ojos y en mi piel..
que sienten la sal de un encuentro..
que alcanza tus poros
que se meten en los míos
con el calor de miles de veranos..
que nos verán unidos
en el horizonte de los sueños..
donde seremos el día
que cabalga en el bruñido de las naves..
en las alas de los albatros..
en los reflejos del pez que quiere volar…
en aquella caracola que desafía
con su colores la eternidad…
o en la roca que los tiempos
deshoja como la última flor..
y volveremos.. a ser arena
cuando nada quede y todo sea desierto…
allí estará el reflejo de tu piel
encandilando mis ojos.. aún con amor…
Prudencio
que nunca podré tocar..
o serán mis manos
arena.. viento.. brea.. mar..
o seré orilla y mi ternura
será la espuma que te cubra…
y estarás allí eterna.. visible siempre
siempre para mí en mis ojos y en mi piel..
que sienten la sal de un encuentro..
que alcanza tus poros
que se meten en los míos
con el calor de miles de veranos..
que nos verán unidos
en el horizonte de los sueños..
donde seremos el día
que cabalga en el bruñido de las naves..
en las alas de los albatros..
en los reflejos del pez que quiere volar…
en aquella caracola que desafía
con su colores la eternidad…
o en la roca que los tiempos
deshoja como la última flor..
y volveremos.. a ser arena
cuando nada quede y todo sea desierto…
allí estará el reflejo de tu piel
encandilando mis ojos.. aún con amor…
Prudencio