Escucha.
No oigo nada.
Si,
escucha el silencio
que guarda la ausencia
de los que fueron
obligados a marcharse.
Nadie les preguntó
si dejaban asuntos pendientes;
nadie les dijo
la noche del miércoles
diez de marzo
descansa
hoy es tu última noche;
despierta
mañana dormirás para siempre.
Alarmas de relojes digitales
o de relojes de cuerda
de aparatos de radio
de relojes de pulsera
de teléfonos móviles
o la delicada llamada
de madres, hermanas, compañeras,
nietos, abuelos o padres
despertaban sus sueños
al tiempo que se desperezaban
ciudades y pueblos.
Radios que hablan de noticias
o del tiempo
o del tráfico
o del próximo concierto de Rosendo
o del programa de televisión que dieron anoche
voces de hombres y mujeres
oídos de mujeres y hombres
que se acompañan
por última vez
sin saberlo.
Encarnación
sesenta y cuatro años
se ha colgado el bolso en su hombro derecho
se ha puesto en pie
el tren está llegando a su estación
Atocha
después tomará el autobús de la línea diez
hoy se ha dormido
llegará tarde.
Luis Andrés
cincuenta y cuatro años
la lectura del libro que le recomendó Elena
le tiene enganchado
nada escucha, nada piensa, solo lee
su tren acaba de pasar sobre la M30.
Miguel Ángel
treinta y cuatro años
lee la página de deportes
del “20 minutos”
habitual compañero de viaje
próxima estación ‘El Pozo’.
Sara
diecinueve años
la música de su móvil
del último tema de Alex Ubago
acompaña su viaje
pronto llegará a Atocha.
7:37; Tic-Tac
Estación de Atocha.
7:38; Tic-Tac
Estación El Pozo.
7:38; Tic-Tac
Estación Santa Eugenia.
7:39; Tic-Tac
Calle Téllez.
Qué sabes tú
de la ausencia inesperada;
qué sabes tú
del dolor que siente la herida
infligida por la espalda;
qué sabes tú de silencios interminables
y de vidas arrebatadas;
qué sabes tú de lágrimas secas
sobre vergeles marchitos
antes de la llegada de la primavera.
Silencio
dejadme escuchar
el silencio
que acompaña el viento
a los acordes que pausados danzan
entre los jóvenes árboles
del Bosque de los Ausentes
acércame su voz siempre
viento
gracias
ya la siento.
No oigo nada.
Si,
escucha el silencio
que guarda la ausencia
de los que fueron
obligados a marcharse.
Nadie les preguntó
si dejaban asuntos pendientes;
nadie les dijo
la noche del miércoles
diez de marzo
descansa
hoy es tu última noche;
despierta
mañana dormirás para siempre.
Alarmas de relojes digitales
o de relojes de cuerda
de aparatos de radio
de relojes de pulsera
de teléfonos móviles
o la delicada llamada
de madres, hermanas, compañeras,
nietos, abuelos o padres
despertaban sus sueños
al tiempo que se desperezaban
ciudades y pueblos.
Radios que hablan de noticias
o del tiempo
o del tráfico
o del próximo concierto de Rosendo
o del programa de televisión que dieron anoche
voces de hombres y mujeres
oídos de mujeres y hombres
que se acompañan
por última vez
sin saberlo.
Encarnación
sesenta y cuatro años
se ha colgado el bolso en su hombro derecho
se ha puesto en pie
el tren está llegando a su estación
Atocha
después tomará el autobús de la línea diez
hoy se ha dormido
llegará tarde.
Luis Andrés
cincuenta y cuatro años
la lectura del libro que le recomendó Elena
le tiene enganchado
nada escucha, nada piensa, solo lee
su tren acaba de pasar sobre la M30.
Miguel Ángel
treinta y cuatro años
lee la página de deportes
del “20 minutos”
habitual compañero de viaje
próxima estación ‘El Pozo’.
Sara
diecinueve años
la música de su móvil
del último tema de Alex Ubago
acompaña su viaje
pronto llegará a Atocha.
7:37; Tic-Tac
Estación de Atocha.
7:38; Tic-Tac
Estación El Pozo.
7:38; Tic-Tac
Estación Santa Eugenia.
7:39; Tic-Tac
Calle Téllez.
Qué sabes tú
de la ausencia inesperada;
qué sabes tú
del dolor que siente la herida
infligida por la espalda;
qué sabes tú de silencios interminables
y de vidas arrebatadas;
qué sabes tú de lágrimas secas
sobre vergeles marchitos
antes de la llegada de la primavera.
Silencio
dejadme escuchar
el silencio
que acompaña el viento
a los acordes que pausados danzan
entre los jóvenes árboles
del Bosque de los Ausentes
acércame su voz siempre
viento
gracias
ya la siento.