Este castillo parece nacido de la misma roca que lo soporta.
Situado en el Bierzo, domina el paisaje verde de Galicia con la llanura de Castilla.
Cuenta otra leyenda del castillo de Cornatel, que vivía allí un caballero templario. En una de sus salidas de caza por sus tierras, se encontró con una bella pastora. Quedó prendado totalmente de ella y sin pensárselo dos veces, la violó y la forzó.
La joven pastora aterrada, huyo espantada en cuanto pudo zafarse de las violentas garras del templario, llegando al pueblo desecha en lágrimas.
Cuando se enteró el mozo con el que, la joven pastora se iba a casar, se puso furioso, la rabia le dominó de tal modo que sin decir nada a nadie, se dirigió al castillo en busca de venganza.
Cuando encontró al noble, rápido como una flecha, le clavó un cuchillo en el vientre, y acabó con su vida.
Después tuvo que huir a "tierra moras", ante las terribles represalias que se le venían encima.
Pasó mucho tiempo antes de que pudiera volver.
Se había hecho monje y le habían enviado al monasterio cercano a Carucedo, del que llegó a ser abad.
Un buen día, las gentes de los alrededores comenzaron a implorarle para que les ayudara, pues había una bruja que los tenía atemorizados con sus extraordinarios poderes para el "mal de ojo" y las desgracias.
Acude, pues, el abad en busca de la mujer para conjurarla y exortizarla.
Pero cual sería su sorpresa cuando descubrió que la mujer era su antigua amada. Se abrazaron y el encuentro fue tan apasionado que se produjeron fenómenos extraordinarios: del cielo salieron rayos, truenos y centellas, la vieja ermita que los protegía tembló y se estremeció.
Comenzó una enorme tormenta y el valle entero quedó cubierto por las aguas.
Así apareció el lago de Carucedo.
En la ermita que desapareció bajo las Aguas aún quedarían señales del increíble fenómeno.
Situado en el Bierzo, domina el paisaje verde de Galicia con la llanura de Castilla.
Cuenta otra leyenda del castillo de Cornatel, que vivía allí un caballero templario. En una de sus salidas de caza por sus tierras, se encontró con una bella pastora. Quedó prendado totalmente de ella y sin pensárselo dos veces, la violó y la forzó.
La joven pastora aterrada, huyo espantada en cuanto pudo zafarse de las violentas garras del templario, llegando al pueblo desecha en lágrimas.
Cuando se enteró el mozo con el que, la joven pastora se iba a casar, se puso furioso, la rabia le dominó de tal modo que sin decir nada a nadie, se dirigió al castillo en busca de venganza.
Cuando encontró al noble, rápido como una flecha, le clavó un cuchillo en el vientre, y acabó con su vida.
Después tuvo que huir a "tierra moras", ante las terribles represalias que se le venían encima.
Pasó mucho tiempo antes de que pudiera volver.
Se había hecho monje y le habían enviado al monasterio cercano a Carucedo, del que llegó a ser abad.
Un buen día, las gentes de los alrededores comenzaron a implorarle para que les ayudara, pues había una bruja que los tenía atemorizados con sus extraordinarios poderes para el "mal de ojo" y las desgracias.
Acude, pues, el abad en busca de la mujer para conjurarla y exortizarla.
Pero cual sería su sorpresa cuando descubrió que la mujer era su antigua amada. Se abrazaron y el encuentro fue tan apasionado que se produjeron fenómenos extraordinarios: del cielo salieron rayos, truenos y centellas, la vieja ermita que los protegía tembló y se estremeció.
Comenzó una enorme tormenta y el valle entero quedó cubierto por las aguas.
Así apareció el lago de Carucedo.
En la ermita que desapareció bajo las Aguas aún quedarían señales del increíble fenómeno.
PACO, que bonita eata historia, nunca la habia oido, ves como si leo las cosas? solo que estos dias estoy muy liada con los preparativos de la banda para semana santa. Un abrazo PAJARO. Marimar
