Miro el cielo y no es el mismo cielo
que vi aquella tarde al salir de clase
no es el mismo cielo el que ahora veo
que aquel que descubrimos juntos
antes de que se ocultase la tarde.
Ya no hay estrellas que musiquen la noche
ni alegres cantos de aves del Paraíso
que acompañen el susurro de tu voz
ambas huyeron
cuando mi corazón empezó a latir
todos me lo decían
él no quiere querer
él no sabe querer
tan solo desea poseer aquello que no tiene
para ser dueño de algo
pues es dueño de nada.
Y cuando me tuvo
anuló mi pensamiento
mi voluntad
mi existencia
y mi vida
anuló mi libertad
y me impuso su condena
y aun así…
yo ciega
ciega por no ver lo que todos veían
incrédula
por no creer lo que todos sabían.
He querido asomarme al espejo
esta mañana y buscar en mi mirada
la joven mujer enamorada de la vida
y de la libertad que la verdad del amor
regala a los enamorados
cuando sus corazones laten
no como si fueran uno
sino como dos que se acompañan.
Nunca he sido tuya
siempre he sido mía
no me quisiste ni como mujer
ni como compañera
ni como amiga
ni como la mano que tu mano toma
para espantar soledades.
Me marcho
de donde nunca llegué a estar
sigo con mi vida
y me importa nada
si tú sigues con la tuya
me siento libre de tus miradas
de tus reproches
de tu sórdida voz…
escucho el latido de mi joven corazón
libre soy
libre siento.
que vi aquella tarde al salir de clase
no es el mismo cielo el que ahora veo
que aquel que descubrimos juntos
antes de que se ocultase la tarde.
Ya no hay estrellas que musiquen la noche
ni alegres cantos de aves del Paraíso
que acompañen el susurro de tu voz
ambas huyeron
cuando mi corazón empezó a latir
todos me lo decían
él no quiere querer
él no sabe querer
tan solo desea poseer aquello que no tiene
para ser dueño de algo
pues es dueño de nada.
Y cuando me tuvo
anuló mi pensamiento
mi voluntad
mi existencia
y mi vida
anuló mi libertad
y me impuso su condena
y aun así…
yo ciega
ciega por no ver lo que todos veían
incrédula
por no creer lo que todos sabían.
He querido asomarme al espejo
esta mañana y buscar en mi mirada
la joven mujer enamorada de la vida
y de la libertad que la verdad del amor
regala a los enamorados
cuando sus corazones laten
no como si fueran uno
sino como dos que se acompañan.
Nunca he sido tuya
siempre he sido mía
no me quisiste ni como mujer
ni como compañera
ni como amiga
ni como la mano que tu mano toma
para espantar soledades.
Me marcho
de donde nunca llegué a estar
sigo con mi vida
y me importa nada
si tú sigues con la tuya
me siento libre de tus miradas
de tus reproches
de tu sórdida voz…
escucho el latido de mi joven corazón
libre soy
libre siento.