PUENTE ALMUHEY: Las cenizas de los recuerdos...

Las cenizas de los recuerdos

nunca vuelan

cuando sopla el viento

son la piel de nuestra piel

y se abrazan a ella

igual que la mar

abraza la arena

cuando serena

acaricia su playa.

No nos persiguen

ni velan nuestra mirada

solo los sentimos cuando los llamamos

en el silencio de nuestra soledad

y acuden

igual que acude la primavera

cuando se despide el invierno

pintando de colores quimeras y sueños

que desvelan nuestras vidas.

Somos lo que somos

por las sendas recorridas

cuando iniciamos nuestro camino

no reniegues de errores ni tropiezos

tampoco de aciertos y alegrías

éstos arrancan nuestras risas

cuando más lo necesitamos

aquellos

crudamente nos muestran

por dónde no debemos caminar

si no queremos tropezar

donde en otro tiempo tropezamos.

Siempre serás el guardián

de tus sueños

si bien

deberás cuidarte

de los ilusionistas de la palabra

y del engaño

que encontrarás por doquier

intentado confundir lo que ha nacido

transparente y cristalino como gotas de rocío

en el amanecer de la vida

regalándote como diáfano

aquello que ensombrece las tinieblas

y la oscuridad de la mentira

pozos de ciénaga podrida

te venderán como agua clara.

Esto le respondió el anciano

al joven aprendiz

cuando sentados junto a la noche

observando un cielo sin luna

preñado de estrellas

su tímida voz se atrevió a preguntar.

¿Por qué los recuerdos

se agolpan atropellados en mi memoria

y ninguno de ellos

se muestra como fatal razón

de mis desvelos?