Me he mirado en el espejo
y no sé
la edad que tengo
me parece ver la misma imagen
que me devolvió ayer
o anteayer
la misma de hace tres otoños
o de hace no sé cuántas primaveras
quizá demasiadas.
Me he mirado las manos
verdadero atlas de mi existencia
y se han sincerado conmigo
como tantas veces
cuando las he preguntado
sin espejismos ni utopías.
Me han hablado
de las puertas que abrieron
y también de las que cerraron
de aquellas otras manos que estrecharon
y de las que rechazaron también.
Me han hablado
de las caricias a tu cuerpo desnudo
y de cómo temblaron
al ir descubriendo tu piel
por primera vez
y por segunda vez
y por tercera…
y ayer.
Me han hablado
de cómo recogieron a mis hijas
cuando llegaron a este mundo
y lo insignificantes que se sintieron
ante tanta vida
de los juegos con la arena del parque
de cómo las sentían crecer
de cómo las sienten crecer
cuando acarician sus rostros.
Me han hablado
de la vida y de los sueños
y de los sueños y de la vida
de otras manos a las que conocieron
y con las que hablaron
y con las que se estrecharon
y ahora
transcurrido el tiempo
lamentan no haber conocido
algunas
de aquellas a las que rechazaron.
Ahora
he presentado mis manos
frente al espejo
anverso y reverso de mi vida
ahora
sé la edad que tengo.
y no sé
la edad que tengo
me parece ver la misma imagen
que me devolvió ayer
o anteayer
la misma de hace tres otoños
o de hace no sé cuántas primaveras
quizá demasiadas.
Me he mirado las manos
verdadero atlas de mi existencia
y se han sincerado conmigo
como tantas veces
cuando las he preguntado
sin espejismos ni utopías.
Me han hablado
de las puertas que abrieron
y también de las que cerraron
de aquellas otras manos que estrecharon
y de las que rechazaron también.
Me han hablado
de las caricias a tu cuerpo desnudo
y de cómo temblaron
al ir descubriendo tu piel
por primera vez
y por segunda vez
y por tercera…
y ayer.
Me han hablado
de cómo recogieron a mis hijas
cuando llegaron a este mundo
y lo insignificantes que se sintieron
ante tanta vida
de los juegos con la arena del parque
de cómo las sentían crecer
de cómo las sienten crecer
cuando acarician sus rostros.
Me han hablado
de la vida y de los sueños
y de los sueños y de la vida
de otras manos a las que conocieron
y con las que hablaron
y con las que se estrecharon
y ahora
transcurrido el tiempo
lamentan no haber conocido
algunas
de aquellas a las que rechazaron.
Ahora
he presentado mis manos
frente al espejo
anverso y reverso de mi vida
ahora
sé la edad que tengo.