PUENTE ALMUHEY: Permíteme...

Permíteme

Mundo

que deje mis huellas

en esta playa

para que la mar las recoja

y las guarde junto a sus olas

hasta mi regreso.

Permíteme

Mundo

que deje mis huellas

en esta senda

para que el viento las recoja

y las guarde junto al otoño

hasta mi regreso.

Dejé atrás mi hogar

o lo que quedaba de él

dejé atrás dolor y muerte

y amigos y hermanos

y vecinos y sobrinos

y padres

y vidas arrancadas a la vida

por la indecente sinrazón

de los hombres

las lágrimas

ya no me dejaban ver el sol

ni las estrellas en las noches

sin luna

en las que me sentaba

junto a mi mujer

y mis tres hijos

a la puerta de nuestra casa

y les hablaba de sueños

y de esperanzas

y de vida

y reíamos ella y yo

con la contagiosa risa

de nuestros pequeños.

Tan solo hace dos meses

que partimos

y Fátima no parece

que tenga seis años,

apenas sonríe

y Samir no parece

que tenga ocho años,

apenas habla

y Khaled no parece

que tenga nueve años,

su mirada es otra

ni mi Sara y yo parece

que tengamos…

ya no sé qué edad tengo

ya no sé qué edad tenemos

demasiada mar

demasiada tierra

demasiado cielo

incierto sobre nosotros

demasiada muerte

a nuestro lado

demasiado todo

para nada.

Papá, no quiero estar aquí

me dice Khaled

antes de quedarse dormido

sobre mi regazo

miro los ojos de Sara

que en silencio miran los míos

nos abrazamos los cinco

en esta noche templada

bajo un cielo de estrellas conocidas

aun lejos de nuestro hogar

y comienzo a cantar aquella nana

que les cantaba cuando siendo bebés

se dormían en mis brazos

ellos acompañan mi voz

y mis oídos reciben

la más bella melodía

que jamás pudieron entonar unos ángeles.

Regresaremos a aquella playa

y recogeré mis huellas

que la mar guarda

regresaremos a aquella senda

y recogeré mis huellas

que el viento guarda.