PUENTE ALMUHEY: Poemas Unos versos, para una soleada mañana de domingo,...

Poemas Unos versos, para una soleada mañana de domingo, mi amigo; mi amiga
Unos versos, para una soleada mañana de domingo, mi amigo; mi amiga
admin 13 marzo, 2016Poemas
hex0Me gusta conversar. Me gusta escuchar. Creo que la palabra en cualquiera de sus lenguajes (incluso el lenguaje de signos), es imprescindible para expresar lo que sentimos. Es la mejor herramienta para unir; jamás debería utilizarse para enfrentar, y más, en este tiempo que ahora vivimos cuando las palabras, muchas veces, suenan y resuenan “huecas” e incomprensibles.

En nuestra vida tenemos muchos conocidos, pero amigos, realmente amigos, tenemos muy pocos. No voy a hacer una defensa de la amistad, creo que se defiende sola cuando es sincera (no entiendo otro tipo de amistad). Pero entre los amigos y los conocidos, hay un grupo de ‘amicidos’ (ami-cidos) con los que puedes compartir algunas cosas (muchas cosas), y que su conversación, verdaderamente, te reconforta (por lo menos a mi).

Con estos verso quiero compartir esa ‘soledad’ que, a veces, algunas veces, podemos sentir si no encontramos con quién compartir sueños, miedos, frustraciones, necesidades, lamentos…, incluso alegrías. La palabra y la amistad; la amistad y la palabra.

Si te apetece puedes escuchar estos versos:

Audio Player
00:0000:00Use Up/Down Arrow keys to increase or decrease volume.
.

Ven

y siéntate a mi lado

mi amigo

déjame que te cuente cómo estoy

cómo me siento

cuáles son mis sueños

cuáles mis frustraciones

siempre quise tener un amigo

con el que compartir

un trecho largo o pequeño

de este caminar que es la vida

y que en algún momento tomara mi mano

y que mi mano tomara la suya.

Ven

y siéntate a mi lado

mi amiga

déjame que te hable de mis soledades

cómo son mis amaneceres

cómo mis noches sin luna

cuáles son mis miedos

cuáles mis alegrías

siempre quise tener una amiga

con la que compartir

un trecho largo o pequeño

de este caminar que es la vida

y que en algún momento tomara mi mano

y que mi mano tomara la suya.

Cuántas almas

pueden cruzarse a lo largo de nuestra vida

efímera y mortal

mi amigo

y no volvemos a saber de ellas

cuántos pasos

pueden pisar los que antaño fueron nuestros

solitarios e irrepetibles

mi amiga

y perderse por siempre en el olvido.

Ni siquiera nos conocemos

aunque nos llamemos “amigo”

aunque nos llamemos “amiga”

a veces

algunas veces

me pregunto si mi hermano

es mi amigo

si lo es mi padre mi madre

o lo fueron mis abuelos

a veces

algunas veces

me pregunto si mi pareja

es mi amiga

a veces

algunas veces

necesito que me escuches

cuando te hablo

a veces

algunas veces

necesito escucharte…

y ni tan siquiera me hablas.

Déjame

amigo que comparta contigo

la voz y la palabra

y el silencio

que precede al íntimo momento

en el que compartes lo que sientes

mi amiga

en el que comparto lo que siento

por un instante

por tan solo un instante…

cuasi eterno.

Jose Manuel Contreras