Escucha lo que no dicen las palabras
cuando hablan los que hablan
elevan el tono de su voz
para con ello pretender tener razón
cuando saben y bien saben
que la razón huye de las palabras altisonantes
de la palabra manipulada
y de los eufemismos trasnochados.
No dejes que sus engaños
se conviertan en tus verdades
violentarán las palabras
hasta pretender decir lo que no dicen
diciendo lo que dicen
sabiendo que con ello ocultan
lo que dicen
que no dicen.
No escuches su falsa voz
ni tan siquiera mires sus labios al pronunciarla
escruta el mirar de su mirada
y verás manar la verdadera mentira
que fluye de sus palabras
en discursos banales
en conferencias adoctrinadas
vacías de contenidos racionales.
Escucharé su mirada
cuando hablen
y miraré sus labios
cuando guarden silencio
Qué bella es la palabra
cuando vuela libre más allá del eco
del que la pronuncia
qué hermoso es el silencio
cuando acompasa los sinceros latidos
de los sentimientos
qué dulce es la mirada
cuando observa enamorada
el rocío que perla el otoño
desde su ventana.
Jose Manuel Contreras
cuando hablan los que hablan
elevan el tono de su voz
para con ello pretender tener razón
cuando saben y bien saben
que la razón huye de las palabras altisonantes
de la palabra manipulada
y de los eufemismos trasnochados.
No dejes que sus engaños
se conviertan en tus verdades
violentarán las palabras
hasta pretender decir lo que no dicen
diciendo lo que dicen
sabiendo que con ello ocultan
lo que dicen
que no dicen.
No escuches su falsa voz
ni tan siquiera mires sus labios al pronunciarla
escruta el mirar de su mirada
y verás manar la verdadera mentira
que fluye de sus palabras
en discursos banales
en conferencias adoctrinadas
vacías de contenidos racionales.
Escucharé su mirada
cuando hablen
y miraré sus labios
cuando guarden silencio
Qué bella es la palabra
cuando vuela libre más allá del eco
del que la pronuncia
qué hermoso es el silencio
cuando acompasa los sinceros latidos
de los sentimientos
qué dulce es la mirada
cuando observa enamorada
el rocío que perla el otoño
desde su ventana.
Jose Manuel Contreras