El viento de este otoño
me ha traído recuerdos
de una infancia feliz
en la que el tiempo parecía no caminar
ralentizando los anocheceres
y desperezando sin prisas
los venideros mañanas.
Libretos de teatro
acompañaban nuestras lecturas
y entre hermanas y hermanos
recitábamos Calderón o Lope
siendo nuestra vida un sueño
siendo este sueño nuestra vida.
La distancia todo lo atempera
y la memoria
siempre traviesa y revoltosa
siempre alerta y selectiva
deja florecer la brillante luz
de los recuerdos felices
cuando el viento de otoño
decide pasarse a visitarme.
Abro de par en par
puertas y ventanas
de mi corazón y mi alma
y dejo entrar los olores
que impregnan mis recuerdos
fragancia de tierra mojada
que anuncia el aguacero cercano
olor a leña consumiéndose
en la lumbre del hogar
donde mi madre
nos preparaba arroz con leche
esencia de canela y limón.
Ha llegado de nuevo el otoño
y con él
los recuerdos de una feliz infancia.
José Manuel Contreras
me ha traído recuerdos
de una infancia feliz
en la que el tiempo parecía no caminar
ralentizando los anocheceres
y desperezando sin prisas
los venideros mañanas.
Libretos de teatro
acompañaban nuestras lecturas
y entre hermanas y hermanos
recitábamos Calderón o Lope
siendo nuestra vida un sueño
siendo este sueño nuestra vida.
La distancia todo lo atempera
y la memoria
siempre traviesa y revoltosa
siempre alerta y selectiva
deja florecer la brillante luz
de los recuerdos felices
cuando el viento de otoño
decide pasarse a visitarme.
Abro de par en par
puertas y ventanas
de mi corazón y mi alma
y dejo entrar los olores
que impregnan mis recuerdos
fragancia de tierra mojada
que anuncia el aguacero cercano
olor a leña consumiéndose
en la lumbre del hogar
donde mi madre
nos preparaba arroz con leche
esencia de canela y limón.
Ha llegado de nuevo el otoño
y con él
los recuerdos de una feliz infancia.
José Manuel Contreras