No permitas que el ruido
extienda sus raíces por el jardín
donde antaño plantaste
tus amapolas y tus margaritas
y tus pensamientos y tus lirios
y los girasoles que cada mañana
buscan la cálida luz para besarla
y donde anidaron tus aterciopeladas rosas
que siempre protegieron tus espinas.
El ruido habita
donde nacen las medias verdades
y la mediocridad
y la hipocresía y el engaño
todo lo contamina
aunque tu intención no sea escucharlo
se alía con falsos salva patrias
charlatanes y parleros
que deambulan por coloridos estrados
donde se escucha palabrería barata
en la que algunos se mueven
como auténticos peces en el agua.
Busca el silencio
pues en él habita siempre la palabra
y la comprensión
escucharás tus pensamientos
y no el vacío de conversaciones banales
que alternan sin escrúpulos
farsa y comedia.
Demasiado ruido de fondo
para que nadie piense
demasiado ruido de fondo
para que nadie hable
demasiado ruido de fondo
para que nadie escuche
demasiado ruido de fondo
para que nadie sueñe
demasiado ruido de fondo
para no escuchar el silencio.
José Manuel Contreras
extienda sus raíces por el jardín
donde antaño plantaste
tus amapolas y tus margaritas
y tus pensamientos y tus lirios
y los girasoles que cada mañana
buscan la cálida luz para besarla
y donde anidaron tus aterciopeladas rosas
que siempre protegieron tus espinas.
El ruido habita
donde nacen las medias verdades
y la mediocridad
y la hipocresía y el engaño
todo lo contamina
aunque tu intención no sea escucharlo
se alía con falsos salva patrias
charlatanes y parleros
que deambulan por coloridos estrados
donde se escucha palabrería barata
en la que algunos se mueven
como auténticos peces en el agua.
Busca el silencio
pues en él habita siempre la palabra
y la comprensión
escucharás tus pensamientos
y no el vacío de conversaciones banales
que alternan sin escrúpulos
farsa y comedia.
Demasiado ruido de fondo
para que nadie piense
demasiado ruido de fondo
para que nadie hable
demasiado ruido de fondo
para que nadie escuche
demasiado ruido de fondo
para que nadie sueñe
demasiado ruido de fondo
para no escuchar el silencio.
José Manuel Contreras