Creer como no recuerdo
haber creído
sentir el palpitar
de todo lo que es alcanzable
y bulle por ser alcanzado
pues vive al alcance de mis manos.
Qué ciego he vivido
distrayendo la mirada
en los falsos caleidoscopios
de multicolores mundos
que tan solo formaban parte de un escenario
en el que se representaba
una vida que no era la mía.
Despertar del letargo
que la apatía, la desidia y el conformismo
trenzan en hilo de tres hilos
amarrándome sutilmente
a un sueño
que jamás he vivido
a una vida
que jamás he soñado.
Creer de nuevo en mí
como nunca antes había creído
descerrajar las cerraduras
que candaban puertas y ventanas
para aventar las pesadillas
fruto del irracional miedo
que nace de la incredulidad dormida.
Ayer me desperté
mirándome al espejo
sonrieron mis ojos
al encontrarme de nuevo
después de todo este tiempo
en el que no me reconocí
por más ayeres
en los que cada despertar me mirase
sin encontrarme.
José Manuel Contreras
haber creído
sentir el palpitar
de todo lo que es alcanzable
y bulle por ser alcanzado
pues vive al alcance de mis manos.
Qué ciego he vivido
distrayendo la mirada
en los falsos caleidoscopios
de multicolores mundos
que tan solo formaban parte de un escenario
en el que se representaba
una vida que no era la mía.
Despertar del letargo
que la apatía, la desidia y el conformismo
trenzan en hilo de tres hilos
amarrándome sutilmente
a un sueño
que jamás he vivido
a una vida
que jamás he soñado.
Creer de nuevo en mí
como nunca antes había creído
descerrajar las cerraduras
que candaban puertas y ventanas
para aventar las pesadillas
fruto del irracional miedo
que nace de la incredulidad dormida.
Ayer me desperté
mirándome al espejo
sonrieron mis ojos
al encontrarme de nuevo
después de todo este tiempo
en el que no me reconocí
por más ayeres
en los que cada despertar me mirase
sin encontrarme.
José Manuel Contreras