Abrir sin prisa los ojos
invitado por la luz de la mañana
que acompañando el silencio
se cuela por entre las láminas de la persiana
hurtándole protagonismo a la oscuridad
que habita en nuestra habitación
nace de nuevo el día.
Mirarte cuando aún duermes
y tus ojos sueñan amables sueños
el rictus que adorna tu rostro
y la curvatura que dibujan tus labios
confirman que todo está bien
allí en el lugar en el que te encuentras.
Aún me cuesta creer que este despertar
que se repite con el transcurrir de los años
sea verdadero y cierto
poder mirarte mientras duermes
poder besarte cuando despiertas
poder acariciarte mientras gozas
poder acompañarte cuando caminas.
Ya la mañana se apodera de la estancia
ya tus ojos se encontraron con los míos
mientras tus manos acarician mi rostro
mis brazos abrazan tu cuerpo
y tu sonrisa se funde con un ‘te amo’
mis labios son tuyos y los tuyos míos
buscas mis manos que perdidas
recorren la desnudez de tu espalda
y con la lentitud de falta de prisas
las conduces hasta tus pechos turgentes
solicitándoles sus caricias
responden
como responde la tierra a la lluvia de primavera
como responden las nubes al silbido del viento
como responde el estímulo al deseo.
Ya desapareció del todo la noche
y el sol baña dos cuerpos desnudos
que entre sábanas de algodón
desenredan sus sueños
enredando sus vidas
tu cuerpo sobre el mío cabalga libre
más allá de la línea del horizonte
donde la tierra se hace uno con el mar
estoy en ti mientras me amas
soy parte de ti mientras te amo.
José Manuel Contreras
invitado por la luz de la mañana
que acompañando el silencio
se cuela por entre las láminas de la persiana
hurtándole protagonismo a la oscuridad
que habita en nuestra habitación
nace de nuevo el día.
Mirarte cuando aún duermes
y tus ojos sueñan amables sueños
el rictus que adorna tu rostro
y la curvatura que dibujan tus labios
confirman que todo está bien
allí en el lugar en el que te encuentras.
Aún me cuesta creer que este despertar
que se repite con el transcurrir de los años
sea verdadero y cierto
poder mirarte mientras duermes
poder besarte cuando despiertas
poder acariciarte mientras gozas
poder acompañarte cuando caminas.
Ya la mañana se apodera de la estancia
ya tus ojos se encontraron con los míos
mientras tus manos acarician mi rostro
mis brazos abrazan tu cuerpo
y tu sonrisa se funde con un ‘te amo’
mis labios son tuyos y los tuyos míos
buscas mis manos que perdidas
recorren la desnudez de tu espalda
y con la lentitud de falta de prisas
las conduces hasta tus pechos turgentes
solicitándoles sus caricias
responden
como responde la tierra a la lluvia de primavera
como responden las nubes al silbido del viento
como responde el estímulo al deseo.
Ya desapareció del todo la noche
y el sol baña dos cuerpos desnudos
que entre sábanas de algodón
desenredan sus sueños
enredando sus vidas
tu cuerpo sobre el mío cabalga libre
más allá de la línea del horizonte
donde la tierra se hace uno con el mar
estoy en ti mientras me amas
soy parte de ti mientras te amo.
José Manuel Contreras