Caminar despacio
sin llevar la cuenta de nuevos amaneceres
ni de ciclos lunares que acompañen las estrellas
sin llevar la cuenta del regreso de las estaciones
ni de las campanadas de la última noche del año
caminar sin prisa alguna
disfrutando de lo que a cada paso nos acompaña.
No tiene sentido alcanzar una meta
desaprovechando el tiempo transcurrido
si no sentimos nuestros pies palpitando sobre la tierra
si no percibimos las fragancias que la vida nos ofrece
si no escuchamos el eco lejano de los silencios
que entre palabras nos acerca el viento
no tiene sentido llegar
sin haber vivido.
Cuánta vida desaprovechamos esperando
esperando a que nos llamen
o a ser nosotros los que llamemos
esperando una mejor ocasión
o dejando pasar aquella que se nos presenta
esperando el momento de abrazar
o perdernos abrazos que nunca tendrán destinatario.
Cuánta vida desaprovechamos
cuánta vida
cuánta.
José Manuel Contreras
sin llevar la cuenta de nuevos amaneceres
ni de ciclos lunares que acompañen las estrellas
sin llevar la cuenta del regreso de las estaciones
ni de las campanadas de la última noche del año
caminar sin prisa alguna
disfrutando de lo que a cada paso nos acompaña.
No tiene sentido alcanzar una meta
desaprovechando el tiempo transcurrido
si no sentimos nuestros pies palpitando sobre la tierra
si no percibimos las fragancias que la vida nos ofrece
si no escuchamos el eco lejano de los silencios
que entre palabras nos acerca el viento
no tiene sentido llegar
sin haber vivido.
Cuánta vida desaprovechamos esperando
esperando a que nos llamen
o a ser nosotros los que llamemos
esperando una mejor ocasión
o dejando pasar aquella que se nos presenta
esperando el momento de abrazar
o perdernos abrazos que nunca tendrán destinatario.
Cuánta vida desaprovechamos
cuánta vida
cuánta.
José Manuel Contreras