Nadie nos dijo cuando llegamos
que la vida sería una fácil travesía
un camino de rosas
huérfano de espinas
con una suave fragancia
que acompañaría cada uno de nuestros sueños.
No.
Nadie nos advirtió de todo y de nada.
¿Y qué más da?
¿Qué importancia hubiera tenido eso?
Posiblemente nada hubiéramos creído.
Y sin embargo
en este tiempo en el que el desánimo,
la soledad, la apatía, la desesperación,
la incertidumbre, las dudas, los miedos,
las pérdidas, la tristeza, las pesadillas…,
se empeñan en llenar nuestro día
un amanecer tras otro
más despiertos deberemos permanecer
prestando nuestros oídos a todo lo positivo
que la vida sencillamente nos regala
prestando nuestra mirada a toda la luz
que nos viene sencillamente regalada
desechemos el ruido de fondo
desterremos las sombras que nos abrazan.
Todo habita en cada uno de nosotros.
Seamos agradecidos cada día
y no solo cada tarde a las veinte horas
aplaudamos el amanecer de la vida
y no solo cada tarde
sonriamos a la vida que nos palpita
y no solo.
No importa si son nubes de tormenta
lo que puebla el cielo que nos acoge
ni siquiera importa si el sol que nos alumbra
decide visitarnos con todo su esplendor
pues todo dependerá de nuestra mirada
y de lo que verdaderamente queramos mirar
de cada uno de nuestros sentidos
y de lo que realmente queramos sentir
de cada paso que queramos avanzar
y de lo que realmente hayamos avanzado.
Nadie nos dijo cuando llegamos
que la vida sería una fácil travesía
y sin embargo
todo habita en nosotros
solo tenemos que encontrarlo.
José Manuel Contreras
que la vida sería una fácil travesía
un camino de rosas
huérfano de espinas
con una suave fragancia
que acompañaría cada uno de nuestros sueños.
No.
Nadie nos advirtió de todo y de nada.
¿Y qué más da?
¿Qué importancia hubiera tenido eso?
Posiblemente nada hubiéramos creído.
Y sin embargo
en este tiempo en el que el desánimo,
la soledad, la apatía, la desesperación,
la incertidumbre, las dudas, los miedos,
las pérdidas, la tristeza, las pesadillas…,
se empeñan en llenar nuestro día
un amanecer tras otro
más despiertos deberemos permanecer
prestando nuestros oídos a todo lo positivo
que la vida sencillamente nos regala
prestando nuestra mirada a toda la luz
que nos viene sencillamente regalada
desechemos el ruido de fondo
desterremos las sombras que nos abrazan.
Todo habita en cada uno de nosotros.
Seamos agradecidos cada día
y no solo cada tarde a las veinte horas
aplaudamos el amanecer de la vida
y no solo cada tarde
sonriamos a la vida que nos palpita
y no solo.
No importa si son nubes de tormenta
lo que puebla el cielo que nos acoge
ni siquiera importa si el sol que nos alumbra
decide visitarnos con todo su esplendor
pues todo dependerá de nuestra mirada
y de lo que verdaderamente queramos mirar
de cada uno de nuestros sentidos
y de lo que realmente queramos sentir
de cada paso que queramos avanzar
y de lo que realmente hayamos avanzado.
Nadie nos dijo cuando llegamos
que la vida sería una fácil travesía
y sin embargo
todo habita en nosotros
solo tenemos que encontrarlo.
José Manuel Contreras