Abrir los ojos
y disfrutar del mágico regalo
que nos muestra la vida
cuando amanece,
observar el colorido de las flores
que nacen sobre las blancas nubes
que jalonan libres el azul del cielo
o el arcoíris que abraza una gota de rocío,
todo un océano preñado de sueños
que se precipita en equilibrio
por el verde borde de una hoja
de pensamientos violetas
hasta quedar suspendida en el aire
aguardando.
Disfrutar del mágico regalo
que nos muestra la vida
y observar el crecer de la hierba
sobre la negra capa del asfalto frío
que ahora oculta las huellas descalzas
que otros caminantes hicieron antaño
alfombrando caminos de polvo, pedernal y barro
cuando buscando su horizonte
decidieron no detener su marcha.
Abrir los ojos
cuando amanece
y sentir el suave viento
que el aletear de las mariposas acerca
hasta acariciar nuestra piel
erizando cada milímetro de nuestro cuerpo
y haciendo estremecer ese corazón
que sigue latiendo entre las luces y las sombras
de lo que acontece en derredor.
Todo puede tornarse mágico
si somos capaces de entender la magia de la vida;
si creemos en imposibles;
si seguimos caminando
a pesar de los obstáculos que encontremos;
si seguimos observando el cielo
descubriendo esa forma informe en las nubes viajeras;
si seguimos sonriendo
cuando nuestra mirada mira la mirada del que es diferente;
si nuestro corazón sigue amando
a pesar de las adversidades que nos acompañan
cuando se empeñan en turbar nuestro camino.
Abrir los ojos
cuando amanece
y disfrutar del mágico regalo
que nos muestra la vida.
.
José Manuel Contreras
y disfrutar del mágico regalo
que nos muestra la vida
cuando amanece,
observar el colorido de las flores
que nacen sobre las blancas nubes
que jalonan libres el azul del cielo
o el arcoíris que abraza una gota de rocío,
todo un océano preñado de sueños
que se precipita en equilibrio
por el verde borde de una hoja
de pensamientos violetas
hasta quedar suspendida en el aire
aguardando.
Disfrutar del mágico regalo
que nos muestra la vida
y observar el crecer de la hierba
sobre la negra capa del asfalto frío
que ahora oculta las huellas descalzas
que otros caminantes hicieron antaño
alfombrando caminos de polvo, pedernal y barro
cuando buscando su horizonte
decidieron no detener su marcha.
Abrir los ojos
cuando amanece
y sentir el suave viento
que el aletear de las mariposas acerca
hasta acariciar nuestra piel
erizando cada milímetro de nuestro cuerpo
y haciendo estremecer ese corazón
que sigue latiendo entre las luces y las sombras
de lo que acontece en derredor.
Todo puede tornarse mágico
si somos capaces de entender la magia de la vida;
si creemos en imposibles;
si seguimos caminando
a pesar de los obstáculos que encontremos;
si seguimos observando el cielo
descubriendo esa forma informe en las nubes viajeras;
si seguimos sonriendo
cuando nuestra mirada mira la mirada del que es diferente;
si nuestro corazón sigue amando
a pesar de las adversidades que nos acompañan
cuando se empeñan en turbar nuestro camino.
Abrir los ojos
cuando amanece
y disfrutar del mágico regalo
que nos muestra la vida.
.
José Manuel Contreras