Te has parado a pensar,
alguna vez,
todos los tesoros que posees?
Y no me refiero
a todo lo material
que hayas podido ir atesorando
al cabo de tu vida
pues poco sentido tiene su cuenta
y recuenta
para controlar si crece o mengua
siendo su importancia relativa.
De lo que hablo
de lo que realmente quiero hablarte
es de todo aquello que te es devuelto
como resultado de tus acciones y comportamientos
de tu forma de ver y entender
de tu forma de pensar y actuar
de tu forma de vivir y sentir.
Creo que si tuviera que enumerar
todos los tesoros que guardo
incluso aquellos que no sabía que tenía
y que he ido descubriendo al poder pararme
a ver, a pensar, a vivir,
a entender, a actuar y a sentir,
necesitaría algo más que un poema
trenzado negro sobre blanco
para conocer mi auténtica fortuna.
Mi familia y mis amigos
son algunos de los tesoros
que verdaderamente importan.
Y el tiempo
ese que me regala cada mañana la vida
dándome una nueva oportunidad
para rectificar los errores
que pudiera haber cometido
hasta que la noche
quiso dar por terminado el día.
Y el amor
ese que siento y percibo
de todo lo que me rodea
y me alcanza y me abraza
cuando la tristeza intenta
acomodarse a mi lado.
Y los sueños
esos que me permiten crecer y avanzar
y que nacen mientras duermo
y que nacen mientras vivo
justo instantes antes de hacerse realidad
o de proponerme una justa espera.
Y…
¿Y tus sueños?
¿Y tus tesoros?
¿Te has parado a pensar,
alguna vez,
todos los tesoros que posees?
José Manuel Contreras
alguna vez,
todos los tesoros que posees?
Y no me refiero
a todo lo material
que hayas podido ir atesorando
al cabo de tu vida
pues poco sentido tiene su cuenta
y recuenta
para controlar si crece o mengua
siendo su importancia relativa.
De lo que hablo
de lo que realmente quiero hablarte
es de todo aquello que te es devuelto
como resultado de tus acciones y comportamientos
de tu forma de ver y entender
de tu forma de pensar y actuar
de tu forma de vivir y sentir.
Creo que si tuviera que enumerar
todos los tesoros que guardo
incluso aquellos que no sabía que tenía
y que he ido descubriendo al poder pararme
a ver, a pensar, a vivir,
a entender, a actuar y a sentir,
necesitaría algo más que un poema
trenzado negro sobre blanco
para conocer mi auténtica fortuna.
Mi familia y mis amigos
son algunos de los tesoros
que verdaderamente importan.
Y el tiempo
ese que me regala cada mañana la vida
dándome una nueva oportunidad
para rectificar los errores
que pudiera haber cometido
hasta que la noche
quiso dar por terminado el día.
Y el amor
ese que siento y percibo
de todo lo que me rodea
y me alcanza y me abraza
cuando la tristeza intenta
acomodarse a mi lado.
Y los sueños
esos que me permiten crecer y avanzar
y que nacen mientras duermo
y que nacen mientras vivo
justo instantes antes de hacerse realidad
o de proponerme una justa espera.
Y…
¿Y tus sueños?
¿Y tus tesoros?
¿Te has parado a pensar,
alguna vez,
todos los tesoros que posees?
José Manuel Contreras