Me he fijado en las nubes
que silenciosas y sin prisas
caminan bajo el azul de este cielo
que nos abraza en esta primavera extraña
formando y deformando formas
al caprichoso antojo de los vientos.
No sé de dónde partieron
ni tan siquiera si su camino ha sido largo
o si las miradas que las miraron
vieron las mismas formas que mi mirada mira;
no sé cuál será su destino
ni tan siquiera dónde fijaron su horizonte
o si las miradas que las mirarán
verán las mismas formas que mi mirada mira;
no sé a quién acompañaron ayer
ni tan siquiera sé a quién acompañarán mañana
solo sé que hoy caminan sobre mi alma
como única compañía hacia mi destino.
Nada es como hace un instante era;
ni el tiempo
ni las miradas
ni las olas del mar
ni el rojo de las amapolas
ni los “tequieros”
ni los “hastasiempre”
ni los “teheechadodemenos”.
Me he fijado en las nubes
cuando llegaron,
me he fijado en las nubes
hasta perderse en mi mirada.
Distintas antes
distintas ahora,
distintas siempre.
José Manuel Contreras
que silenciosas y sin prisas
caminan bajo el azul de este cielo
que nos abraza en esta primavera extraña
formando y deformando formas
al caprichoso antojo de los vientos.
No sé de dónde partieron
ni tan siquiera si su camino ha sido largo
o si las miradas que las miraron
vieron las mismas formas que mi mirada mira;
no sé cuál será su destino
ni tan siquiera dónde fijaron su horizonte
o si las miradas que las mirarán
verán las mismas formas que mi mirada mira;
no sé a quién acompañaron ayer
ni tan siquiera sé a quién acompañarán mañana
solo sé que hoy caminan sobre mi alma
como única compañía hacia mi destino.
Nada es como hace un instante era;
ni el tiempo
ni las miradas
ni las olas del mar
ni el rojo de las amapolas
ni los “tequieros”
ni los “hastasiempre”
ni los “teheechadodemenos”.
Me he fijado en las nubes
cuando llegaron,
me he fijado en las nubes
hasta perderse en mi mirada.
Distintas antes
distintas ahora,
distintas siempre.
José Manuel Contreras