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PUENTE ALMUHEY: Creí que había perdido el corazón...

Creí que había perdido el corazón

cuando dejé de sentir su latido;

al final fue una falsa alarma

pues tan solo había dejado

de bombear la sangre

que me conecta con la vida,

y todo,

por las noticias que leo y veo,

por las noticias que miro y escucho…,

y no comprendo.

El asesinato de hombres, mujeres y niños

en indiscriminada condena a muerte;

el asesinato de mujeres, niños y hombres

en matanzas irracionales y sinsentido;

el asesinato de niños, hombres y mujeres

masacrados todos por… ¿Por qué?

Qué respuesta podría justificar lo injustificable;

qué argumentación podría dar sentido

a la destrucción y la muerte;

qué excusa se puede esgrimir

para que el Ser Humano, una vez más,

actúe como el mayor enemigo de sí mismo.

Ahora es Ucrania,

y ahora siguen siendo, también,

otros países los que permiten, vergonzosamente,

la continuidad de guerras interminables

y la creación de campos de refugiados

en los que el futuro no existe

mientras la vida continúa, en la distancia,

como si nada sucediera,

enriqueciendo a los que siempre se enriquecen

en las desgracias humanas.

Cuánta hipocresía

ante la destrucción;

cuánta hipocresía

ante la aniquilación;

cuánta hipocresía

ante la sinrazón;

cuánta hipocresía…

¿Hasta cuándo?

José Manuel Contreras