Si alguna vez no recordase
lo que ahora recuerdo,
léeme un poema
que acerque hasta mi memoria
lo que pudiera haber olvidado.
Recuérdame lo que me gustaban tus besos
y el calor de tus abrazos
y el mirar de tu mirada;
recuérdame los paseos por la playa
y la caricia de la mar calma
sobre nuestros pies desnudos
y las fragancias de las flores en primavera
después de marcharse el invierno.
Recuérdame los dorados amaneceres
y la lluvia repiqueteando en los tejados
y la luna llena las noches de otoño;
recuérdame todos los caminos recorridos
y aquellos puentes que no cruzamos,
sencillamente porque no quisimos;
recuérdame el llorar de los sauces
derramado en nuestro añorado estanque.
Recuérdame las estrellas del cielo
y el mágico danzar de los girasoles
y las risas de los niños;
recuérdame el llanto por la alegría
y también el que acompaña la tristeza
y el que te abraza cuando nace la pena;
recuérdame el trino de los pájaros
y el silencio de los bosques
y el sonido del viento entre los árboles…
y mi lado preferido de la cama.
Recuérdame, amor,
si alguna vez no recordase
lo que pudiera haber olvidado.
José Manuel Contreras
lo que ahora recuerdo,
léeme un poema
que acerque hasta mi memoria
lo que pudiera haber olvidado.
Recuérdame lo que me gustaban tus besos
y el calor de tus abrazos
y el mirar de tu mirada;
recuérdame los paseos por la playa
y la caricia de la mar calma
sobre nuestros pies desnudos
y las fragancias de las flores en primavera
después de marcharse el invierno.
Recuérdame los dorados amaneceres
y la lluvia repiqueteando en los tejados
y la luna llena las noches de otoño;
recuérdame todos los caminos recorridos
y aquellos puentes que no cruzamos,
sencillamente porque no quisimos;
recuérdame el llorar de los sauces
derramado en nuestro añorado estanque.
Recuérdame las estrellas del cielo
y el mágico danzar de los girasoles
y las risas de los niños;
recuérdame el llanto por la alegría
y también el que acompaña la tristeza
y el que te abraza cuando nace la pena;
recuérdame el trino de los pájaros
y el silencio de los bosques
y el sonido del viento entre los árboles…
y mi lado preferido de la cama.
Recuérdame, amor,
si alguna vez no recordase
lo que pudiera haber olvidado.
José Manuel Contreras