Yo quisiera dormirme
a la orilla de un rió,
en un lecho de musgo
y de flores silvestres,
viendo el agua correr
cristalina entre espumas,
oliendo mil perfumes
que las flores ofrecen.
Que el corazón durmiera
como un niño pequeño
por la madre natura
acunado en su seno.
Y soñar con las nubes,
con el azul del cielo,
con almendros floridos,
naranjos y cerezos.
Que olvidara las penas,
tristezas, desalientos,
y al final despertara
recién nacido y nuevo,
para seguir amando,
para seguir sufriendo,
sin dejar el camino
empinado e incierto.
Yo quisiera dormirme
con un sueño...... eterno.
(Del libro huellas en el camino, de Inés Polo, Poeta silenciosa y amiga mía muerta hace 10 años)
a la orilla de un rió,
en un lecho de musgo
y de flores silvestres,
viendo el agua correr
cristalina entre espumas,
oliendo mil perfumes
que las flores ofrecen.
Que el corazón durmiera
como un niño pequeño
por la madre natura
acunado en su seno.
Y soñar con las nubes,
con el azul del cielo,
con almendros floridos,
naranjos y cerezos.
Que olvidara las penas,
tristezas, desalientos,
y al final despertara
recién nacido y nuevo,
para seguir amando,
para seguir sufriendo,
sin dejar el camino
empinado e incierto.
Yo quisiera dormirme
con un sueño...... eterno.
(Del libro huellas en el camino, de Inés Polo, Poeta silenciosa y amiga mía muerta hace 10 años)