El león y el ratón
El sol de la tarde caldeaba las flores, hasta que empezaron a balancearse soñolientas y e! follaje de los árboles proyectó un cambiante dibujo de sombras sobre el suelo del césped del bosque. Reinaba el silencio, y todos los animales estaban tendidos, durmiendo cómodamente la siesta: todos, salvo el ratoncito gris, que retozaba en la danzarina luz y en la sombra. Tan feliz se sentía en aquella dorada tarde estival.
Pero... ¡ay! Persiguió de manera tan alocada su propia cola, ... (ver texto completo)
El sol de la tarde caldeaba las flores, hasta que empezaron a balancearse soñolientas y e! follaje de los árboles proyectó un cambiante dibujo de sombras sobre el suelo del césped del bosque. Reinaba el silencio, y todos los animales estaban tendidos, durmiendo cómodamente la siesta: todos, salvo el ratoncito gris, que retozaba en la danzarina luz y en la sombra. Tan feliz se sentía en aquella dorada tarde estival.
Pero... ¡ay! Persiguió de manera tan alocada su propia cola, ... (ver texto completo)