La Sacabera que recuerda la historia trágica de un pueblo felíz, de gente buena que respetaba las costumbres, hacía sus labores, pastoreaba los rebaños y vivía hermanada con los demás lugares de la comarca. Pero algo sucedío para que la desgracia asolase sus muros, como un viento negro y venenoso. Se celabraba la fiesta de San Mamés, tocaba la campana de la ermita y todos acudierón con sus mejores galas. Terminada la misa, el cura bendijo los panecillos del santo, recién amasados y horneados. Después bailaron y más tarde, empanadas, tartas y vino. Pero, de repente, vino el sueño horrible y corrió el veneno hiriendo a todos con la misma flecha. La era se tornó en cementerio. Murió el pueblo. Nadie volvió a habitar aquel lugar. Con el tiempo apareció entre las piedras la piel reseca de una sacabera-salamandrs-que había vertido la pozoña mortal en la harina con la que cocinaron el pan del santo. Se cuenta que sólo dos niñas sobrevivieron a la tragédia que asoló aquel poblado de la fuente. Una de ellas resultó fundadora de las Murias y la otra de Quintanilla de los canes.
son leyendas muy chulas, yo esta no la habi aoido nunca